La rutina de ejercicio de la Bella Otero: tres días de pesas a la semana

La Voz VALGA / LA VOZ

VALGA

MONICA IRAGO

El Concello de Valga acogió la presentación de un artículo de investigación sobre la relación de la diva con el legendario deportista Eugen Sandow

20 oct 2019 . Actualizado a las 08:50 h.

Carolina Otero, la Bella Otero, conquistó al mundo entero con su belleza y su talento. Ayer, en Valga, su tierra natal, se desvelaron algunos de los secretos que permitieron a aquella mujer convertirse en todo un icono de la Belle Epoque. Y es que en el Concello se presentó un artículo de investigación de la autoría de Tomás Abeigón, centrado en “o gran segredo da beleza corporal” de esta mujer. ¿Y cuál es? “Os aparatos de cultura física que foron o seu verdadeiro Santo Grial e que lle permitiron modelar o seu corpo ata ser admirado por algúns dos homes máis influíntes do mundo e conseguir encher os máis afamados teatros".

Según Tomás Abeigón, la Bella Otero se apuntó al gimnasio en el año 1893, durante una estancia en Nueva York. El famoso forzudo alemán Ludwig Durlacher, especializado en el entrenamiento femenino con pesas, regentaba aquel establecimiento. Aún así, la clave de la investigación "está na relación que uniu á Bella Otero co lendario deportista Eugen Sandow, considerado o pai do culturismo moderno". "Sandow foi inventor dalgúns dos aparellos ximnásticos e máis éxito da época, como as mancuernas de muelles Sandow". Agustina Otero aprovechó su método para modelar su cuerpo. Compró las pesas y se ejercitaba con ellas tres días a la semana. También usaba el “Sandow Symmetrion”, un aparato de ejercicio físico revolucionario "deseñado única e exclusivamente para a muller, á que permitía acadar a simetría na forma do corpo e graza no movemento”. Básicamente, "axudaba ás usuarias a lucir unha reducida cintura e unha musculatura tonificada".

El artículo presentado en Valga ahonda también en la relación entre Carolina Otero y Eugen Sandow, "unha historia de amor non correspondida por parte do deportista" y se centra en algunos episodios de la vida profesional de la bailarina. "Por exemplo, que o seu bautismo artístico puido ter lugar na cidade de Pontevedra aos 14 anos de idade. Unha noite deambulando polo actual casco vello estoitou palmas, griterío e repique de castañolas que a empurraron a entrar nun café. Era tal o seu magnetismo, graza e donaire que o dono do local contratouna como bailarina e decidiu bautizala artisticamente co nome da súa filla, Carolina”, explica el autor del trabajo. Se trataba de una tasca emplazada en la actual calle Princesa, propiedad de Eusebio Álvarez.

El artículo incide tambien en la posibilidad de que la Bella Otero fuese hija de un cura, y aporta datos sobre el hombre que la violó siendo una niña: Venancio Romero, alias “Conainas”. En concreto, ahonda en los antecedentes penales de este individuo por robo, estafa, lesiones y “outros excesos”.