Sandra Boquete, la exmujer del homicida de Valga, recibió un agresivo mensaje en Facebook horas antes de ser asesinada

R. Estévez / S. González VALGA / LA VOZ

VALGA

Atlas

Un individuo acusó a la mujer de quererse apropiar de la vivienda familiar, de manchar su nombre y de «ir de víctima»

16 sep 2019 . Actualizado a las 21:55 h.

Una de las últimas publicaciones que pueden leerse en el muro de Facebook de Sandra Boquete constituye un siniestro presagio sobre lo que acontenería pocas horas más tarde. Sus amistades han difundido un pantallazo que refleja que, a las 22.45 horas de anoche, la mujer había compartido un mensaje: «Te fallan, te duele y perdonas... Te fallan, te duele y perdonas... Así hasta que un día mandas todo a la puta mierda y entonces eres el malo». «Qué razón», se limitó a comentar Sandra, que poco después recibía una agresiva respuesta. Aunque el nombre de su interlocutor no coincide con el de su exmarido, lo que el individuo expuso parece responder, directamente, a una ruptura y a una historia de rencor acumulado. Estos son fragmentos textuales del escrito: «Pero que perdonas, que me meteches un crédito de moito carallo»; «a casa a nome dos teus pais e como me negué a que non o puxeran no catastro, vas e pidesme o divorcio e encima non me deixas ver os fillos»; «deixa de ir de víctima que xa cansades». A las ocho de la mañana, Sandra era asesinada a tiros por su exmarido, José Luis Abet, quien a continuación acabó con la vida de su exsuegra, Elena Jamardo, y de su excuñada Alba.

Dicen los habitantes de Carracido, en Valga, el lugar en el que el Abet y su segunda mujer, Sandra, levantaron su vivienda, que el hombre posee un carácter brusco y dominante, tendente a hacer cumplir siempre su voluntad. «Había que facer o que el quería», indica, gráficamente, uno de sus vecinos.

Las cosas con su primera esposa ya habían ido muy mal y en enero del año pasado se divorció por segunda vez. Desde entonces se estableció con su madre, en Ames, y regentaba un pequeño negocio de revestimiento de fachadas y construcción de cubiertas, domiciliado en Caldas de Reís. De vez en cuando, no obstante, se dejaba caer por Carracido, dando nuevas muestras de su mal carácter. «Cremos que xa houbera de todo coa sua primeira muller», explica una familiar de las tres víctimas mortales.