Ana Vidal: «Conseguir material para protexer ás auxiliares e á xente á que atenden quítame o sono»
RIBADUMIA
La responsable de la empresa de ayuda a domicilio Achega aplaude el trabajo «exemplar» de las trabajadoras
02 abr 2020 . Actualizado a las 12:46 h.A veces, no queda otra que cruzar los dedos y esperar que la suerte nos acompañe. Este es uno de esos momentos para Ana Vidal, responsable de la empresa de ayuda a domicilio Achega, una empresa que presta servicio para el Concello de Ribadumia y para un buen puñado de particulares de toda la comarca. Las profesionales que están bajo su coordinación «están saíndo cada día a traballar, facendo un esforzo enorme malia os medos que cada unha poida ter». Porque el miedo, cuando se está en primera línea de fuego, es más que comprensible.
Vidal lo comprende y lo comparte. Cuando empezó la crisis llegó a acuerdos con varias trabajadoras que por sus circunstancias personales estaban mejor confinadas en sus casas. Pero la inmensa mayoría siguen al pie del cañón. Y «atopar material para protexelas a elas e ás persoas que coidamos é o que me quita o soño». Porque no es fácil dar con él. Y porque cuando se encuentra, o no está en las mejores condiciones, o simplemente se vuelve inaccesible porque los precios se han puesto por las nubes. «Por mascarillas de nivel 2 pedíanme 6,4 euros por unidade, iso é unha barbaridade», comenta. «Esta crise está a sacar o mellor de moita xente, pero tamén o peor, ese afán por aproveitar a situación».
Finalmente ha podido adquirir mascarillas, y con ellas ha llegado una cierta tranquilidad. «Cando estás a asear a unha persoa maior, manter unha distancia de seguridade é imposible, tes que estar moi preto», y disponer de una máscara transmite una cierta seguridad a trabajadoras y usuarios. Claro que es una calma superficial. Por lo menos la que siente Ana. Porque aunque todos los deberes estén hechos, aunque todo esté previsto, un único contagio en la familia de Achega provocaría un pequeño caos, obligado a reordenar horarios y a reajustasr turnos. Aunque quizás no valga la pena pensar en eso. Crucemos los dedos y confiemos.