La carretera en la que se puede correr pese a las curvas

Bea Costa
bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

RIBADUMIA

La instalación de señales de limitación a 90 km/h sorprende a los conductores que frecuentan la vía

10 may 2016 . Actualizado a las 13:21 h.

La carretera PO-301 en el tramo Cornazo (Vilagarcía)-Pontearnelas (Vilanova) es propicia para hacer ralis. El firme está en perfectas condiciones desde su última reparación y el trazado está plagado de curvas cerradas y de desniveles que alcanzan el 6 %. Pero no es para hacer carreras para la que fue concebida de ahí que a muchos conductores les haya sorprendido ver las nuevas señales de limitación a 90 kilómetros que han sido instaladas en ambos sentidos.

La normativa establece la limitación a 90 para este tipo de carreteras, es decir, interurbanas y sin arcén, pero hasta hace poco las únicas señales que había en este tramo indicaban limitaciones de 70, 50 y 40 kilómetros por hora. Usuarios y expertos en la materia consultados por esta redacción tachan de «barbaridad» que se permita circular a 90 kilómetros y apuntan que, de renovar la señalización vertical, debería hacerse para reducir la limitación.

Hay tres señales de este tipo. Una en sentido Vilanova-Vilagarcía y dos en sentido contrario, en Cornazo y pasado O Sixto, en tramos rectos y con curvas. Por señales que no quede en la PO-301. En los cuatro kilómetros que separan Pontearnelas de Cornazo hay más de quince indicaciones de velocidad. La mayoría son de obligación (redondas con círculo rojo) pero también las hay de recomendación (azules y cuadradas) indicando la conveniencia de levantar el acelerador para no pasar de los 50 kilómetros, curiosamente, a pocos metros de otras que regulan el límite hasta 90 kilómetros por hora.

La Xunta lo explica

Desde la Xunta de Galicia, titular de la vía, explican a este respecto que «después de una revisión de la carretera se ha establecido el límite específico que corresponde, de acuerdo con los criterios técnicos objetivos, y el que corresponde es el de 90 por hora. Señalizar siempre es más seguro que no señalizar».

La carretera de Lobeira ha perdido tráfico tras la apertura de la Vía do Salnés entre Vilagarcía y Cambados pero, pese a todo, sigue teniendo una importante densidad circulatoria porque une varias parroquias y núcleos rurales en Vilanova, Ribadumia y Vilagarcía.

Las obras realizadas hace una década sirvieron para suavizar curvas y peraltes peligrosos y para ampliar el ancho allí donde fue posible, lo cual ha redundado en una disminución de la siniestralidad. Pero, pese a todo, circular por esta vía requiere de los cinco sentidos, especialmente de noche y con condiciones climáticas adversas. Especialmente peligrosa resulta para los ciclistas, dado que carece de arcén, mientras que los viandantes han ganado en seguridad vial a raíz de la construcción de sendas peatonales y aceras en los tramos más llanos, próximos a las núcleos de viviendas.