Zonas cerradas por obras y clases en el comedor: así retoma el curso el colegio de Pontecesures

Rosa Estévez
rosa estévez PONTECESURES / LA VOZ

PONTECESURES

MONICA IRAGO

La cubierta del centro salió volando la pasada semana al paso de Kirk

15 oct 2024 . Actualizado a las 19:30 h.

Como resolver un sudoku o ganar una partida al tetris. Así ha sido el proceso que durante el fin de semana ha realizado el equipo directivo del colegio Infesta, de Pontecesures, para conseguir reubicar las ocho aulas que ocupan la planta superior del edificio que la pasada semana perdió su tejado. Los fuertes soplidos del temporal Kirk provocaron que el jueves, el edificio de Primaria y Secundaria de este centro amaneciese con la cubierta en el suelo y un nubarrón de escombro en su parte más alta, motivo por el que las clases debieron suspenderse hasta este lunes. Ayer, con los peligros para la rapazada conjurados, el alumnado y el equipo docente pudo retomar las clases. Pero con muchas novedades. Para empezar, los grupos de Secundaria, que ocupaban la planta superior del maltrecho inmueble, tuvieron que ser reubicados. A las ocho aulas que se necesitaban se les ha abierto hueco en el edificio de Infantil: el estudiantado ha colonizado varias aulas que estaban libres, el comedor, una sala de profesores...

Pero en el centro ha habido más cambios para adaptarse a la nueva situación. Una parte importante del patio ha quedado cerrada. Bautizada como «zona de obras», pretende servir como espacio que permita a la empresa que está procediendo al cambio de la cubierta trabajar con comodidad y, sobre todo, minimizar los riesgos para la comunidad educativa. Y es que garantizar la seguridad del alumnado es la prioridad absoluta del equipo directivo del centro.

Para reducir riesgos, también se han reorganizado las zonas de entrada y de salida, las zonas de llegada de autobuses... Y ayer se desplegó un operativo perfectamente trazado para que la rapazada —hay alrededor de 90 estudiantes afectados por la reubicación— pudiese encontrar el emplazamiento de sus nuevas aulas sin tener que dar vueltas.

Según explica el director, Miguel Calvo, esta situación de interinidad se prolongará mientras dure el cambio de cubierta. Estas podrían finalizar en cuestión de días, siempre y cuando el tiempo lo permita. Y las previsiones, la verdad, no son muy halagüeñas en ese sentido. En cualquier caso, la solución buscada permitirá «que o alumnado teña as súas clases» y no pierda el ritmo del curso.

En el caso del instituto de As Bizocas, en O Grove, aún no han comenzado las obras de reparación de los cuantiosos daños que Kirk provocó, también, en la cubierta de este centro educativo. Según explica la Xunta, en este caso «optouse por una solución provisional» que consiste, básicamente, en «fixar a capa impermeabilizadora ata que melloren as condicións climatolóxicas». Será entonces cuando arranquen los trabajos de arreglo de una cubierta que llevaba muy poco instalada.