Una alcantarilla de Pontecesures deja desbordamientos y un fuerte mal olor

marina santaló PONTECESURES / LA VOZ

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CEDIDA

Los vecinos lamentan la situación, mientras el Concello espera por una subvención

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una alcantarilla de Pontecesures deja desbordamientos «dos veces al día» y un fuerte mal olor. Son algunos de los vecinos de la calle Redondo quienes señalan (y lamentan) que esta situación se lleva repitiendo a lo largo de la mayor parte del verano: hace dos meses que, tal y como cuentan, comenzaron a producirse los desbordamientos. En algunos casos, como el del pasado domingo, con una fuerza que hace que el problema no pase desapercibido. Pero, lo peor, es el olor. «Es muy desagradable. Especialmente en los días sol», señala Virginia Romero, una de las vecinas que se acercó al Concello para informar de esta situación y pedir que la situación se solvente. No le falta razón. Hasta sin desbordar huele.

No son los vecinos los únicos que manifiestan su malestar. En el bar Maná, uno de los establecimientos que se encuentran más próximos a la alcantarilla afectada, constatan que el olor es motivo de conversación entre sus clientes. También la imagen que deja: papeles y otros restos pueden verse por la carretera. Señalan también que, aunque el problema sigue sin solucionarse, si se ha vaciado la alcantarilla durante el verano. Es alcalde cesureño, Juan Manuel Vidal Seage, quien concreta que se ha desatascado hasta tres veces durante este tiempo. Habla de «medidas alternativas». Pero, el problema es más complicado. «La canalización del alcantarillado que atraviesa la carretera nacional tiene entre veinte y treinta años de antigüedad y está totalmente obstruida por el peso de los camiones que pasan por encima», indica. Una complicación que, tal y como señala, es la que está ralentizando la solución que esperan los vecinos. Asegura también que no tardará en llegar: «Hemos apostado por la opción más rápida, pero debemos respetar unos tiempos. Se trata de una obra para la que necesitamos una subvención de 40.000 euros y que estará en período de exposición pública hasta el miércoles». Con este dinero colocarán sesenta metros de tuberías y, para no cortar la nacional, se llevará la canalización hasta el siguiente registro por el margen derecho de la carretera.

La dilación en el tiempo de esta solución, que desconocen parte de los afectados, hace que los vecinos de un bloque de edificios con quince viviendas muestren su preocupación por algo más que el olor. «A falta de alcantarillado en el edificio, tenemos un pozo negro que se vacía con dos bombas de agua», explica Romero. ¿El problema?. «Cuando la alcantarilla echa por fuera, parte del agua viene por el tubo de evacuación de nuestro pozo, haciendo que a la larga se puedan estropear las bombas y tengamos que asumir nosotros el gasto», relata. Un gasto que todavía tienen reciente: cambiaron las bombas hace dos años por 4.000 euros. Esperan que la solución llegue lo antes posible.