El acceso norte a Vilagarcía estará en obras durante el resto del verano

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTECESURES

Martina Miser

La Xunta pone en marcha un paquete de asfaltados en varias vías de la comarca

21 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pidiendo perdón por las molestias. Así inició ayer el delegado de la Xunta en la provincia, José Manuel Cores Tourís, su comparecencia para presentar la batería de obras e mejora de las carreteras que la Xunta ya está abordando en varias carreteras de la comarca. El lugar elegido para hablar de este asunto fue la zona de O Salgueiral (Bamio), donde ayer las máquinas trabajaban para mejorar el firme de la PO-548, la carretera que une Vilagarcía con Pontecesures. En esa vía, los trabajos se prolongarán hasta finales del mes de agosto.

La Xunta es consciente de que las intervenciones en las vías arousanas en pleno verano van a complicar, aún más, el ya de por sí intenso tráfico estival. El acceso a la capital arousana desde el norte, por ejemplo, asume en los meses vacacionales una densidad que supera los 5.500 vehículos diarios. «Pero estas obras hai que facelas con bo tempo, no verán», se justificaba Cores Tourís. Y sobre esta cuestión no hay discusión política. Porque el concejal de Obras de Vilagarcía, el socialista Lino Mouriño, arropaba al representante de la Xunta. Las incomodidades actuales, dijo, valdrán la pena porque «as melloras van ser moi satisfactorias».

Las obras en la carretera autonómica que llega a Vilagarcía desde Pontecesures van a realizarse por tramos, hasta sumar un total de 16 kilómetros. Esta actuación forma parte de un paquete de trabajos que la Xunta ya ha adjudicado y que afectarán también a otras vías de la comarca, como las carretera Vilagarcía Cambados, o las que saliendo de esta última villa llegan hasta Mosteiro o Ribadumia. A estas actuaciones, que incidirán sobre un total de 50 kilómetros, destinará la Xunta un total de 650.000 euros.

La cifra invertida sube si tenemos en cuenta que los planes autonómico de mejora de las infraestructuras viarias también se están notando en la carretera que une Vilagarcía con Pontevedra, y que está previsto también actuar sobre varios puntos de la red viaria de la comarca de Caldas. Esas actuaciones no estarán rematadas hasta septiembre, según las cuentas que ayer se echaron en O Salgueiral.

A pocos metros de donde se produjo la comparecencia del delegado de la Xunta se encuentra el cruce que enlaza la carretera vieja de Bamio con la general. Es esta una zona llena de reclamaciones históricas de seguridad vial: desde el remate de las aceras, hasta la mejora del cruce de ambas vías, sin olvidar la dotación de un semáforo en las inmediaciones de la parada del bus escolar, la construcción de una rotonda que enlace la vía vieja al final de su recorrido en Catoira, o en la habilitación de un paso peatonal adecuado que permita unir Carril con Bamio.

De todos esos asuntos «hai que falar», dijo ayer Cores Tourís. Da por hecho una mejora de la señalización de la vieja carretera, y no descarta incluir el enlace peatonal en el plan de sendas que la Xunta ha puesto en marcha en toda Galicia y en el que la histórica reclamación de los vecinos de Bamio podría encontrar, por fin, encaje.

La carretera de A Lanzada a San Vicente será remozada en el mes de septiembre

Antes de visitar Vilagarcía, José Manuel Cores Tourís recibió en Pontevedra la visita del alcalde de O Grove, José Cacabelos (PSOE). El encuentro, relatan desde el concello meco, «servíu para que se recolleran varios compromisos por parte do ente autonómico». Entre ellos, destacan una actuación de mejora de la seguridad vial en la carretera A Lanzada-San Vicente, una vía que será asfaltada en el mes de septiembre. Cacabelos pretende que en él se marquen varios pasos de peatones y badenes. Y parece que, en algunos puntos de Balea, su deseo se verá cumplido: la Xunta le ha pedido que marque los lugares en los que considere necesario estos elementos. También en septiembre se procederá a la «colocación do semáforo de pulsador de Xoán XXIII», en un tramo que, «pese a estar ben sinalizado», según dijo Tourís, los coches siguen entrando «a moita velocidade». Para lo que no parece haber solución es para el ruido que, según los vecinos, provoca el nuevo asfalto de Ardia y Xoán XXIII. La Xunta, que sí se ha comprometido a hacer un nuevo barrido de la grava que pueda haber suelta, se aferra a las mediciones sonoras, que dicen que en esa vía no se superan los límites establecidos. Además, explicaban ayer los técnicos, a medida que pase el tiempo sobre la calzada, el ruido se irá amortiguando.

Por último, Cacabelos hizo hincapié en mejorar la limpieza de las carreteras autonómicas. Además de trabajos de mantenimiento urgente, reclama una «limpeza máis ao fondo en setembro» y articular un mecanismo para evitar que estas vías trasladen «unha mala imaxe do Grove» a los visitantes.