La Guardia Civil investiga la agresión grupal a un hostelero de O Grove que le recriminó a un cliente que orinase en su fachada

No está del todo claro lo que el domingo de madrugada ocurrió en un conocido local de copas de O Grove. Sobre todo, porque su propietario no da señales de vida desde que el lunes trascendió la paliza que recibió a manos de un grupo de tres a cinco personas, de acuerdo con la denuncia que interpuso ante la Guardia Civil. El hombre tuvo que ser atendido en el centro de salud de un fuerte golpe en una ceja, que le valió varios puntos de sutura. De acuerdo con su versión, que relató a los agentes el martes por la mañana, la agresión se desencadenó después de que le llamase la atención a uno de sus clientes, cuando este se disponía a orinar en la fachada del pub.

Aunque la cosa no fue a mayores en aquel momento, la calma no tardó en romperse. Testigos de lo que sucedió relatan que, a continuación, un grupo de amigos que parecían estar de celebración abandonaron el establecimiento con unos vasos de cristal en la mano. El camarero salió tras ellos para cambiárselos por unos de plástico. Uno de los interpelados no se lo tomó bien y aferró una señal de obras que permanecía en la calle para arrojársela. El hostelero dio con sus huesos en el suelo mientras recibía golpes y patadas.

Unos metros más allá, en pleno jaleo, otro de los miembros del grupo acabó siendo agredido por uno de sus propios compañeros, cuando trataba de poner paz. Lejos de conseguirlo, cayó él mismo inconsciente, víctima de este particular fuego amigo. La Guardia Civil investiga ahora esta paliza colectiva e intenta identificar a sus autores. Un trámite que no será sencillo, puesto que quienes contemplaron la gresca aseguran que sus protagonistas procedían de Madrid y habían llegado a O Grove para asistir a una boda en A Toxa, al día siguiente.

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