O Grove vibra con la inauguración del más deseado de los auditorios

Leticia Castro O GROVE / LA VOZ

O GROVE

Javier Veiga condujo una gala de altura y al detalle, que dejó al público boquiabierto

04 jun 2022 . Actualizado a las 20:40 h.

El auditorio de O Grove es ya una realidad. El Concello inauguró anoche el inmueble con una gala que pretendía deslumbrar a los asistentes, y vaya si lo consiguió. La entrada la presidían dos bailarinas aéreas, con una performance nunca vista en la localidad arousana. En la sala principal no cabía un alfiler. Se ocuparon las 468 butacas colocadas para el evento, que son independientes. Pero antes de desvelar el misterio, el alcalde, José Cacabelos, con el equipo de gobierno al completo y junto a la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, visitó las instalaciones y la primera de sus exposición pictóricas en la entrada del edificio, a cargo del artista Carlos Besada. Acompañaron a la comitiva los diputados David Regades y Héctor Santos, además de la presidenta de la Mancomunidade do Salnés, Marta Giráldez, y el vicepresidente del organismo comarcal, Carlos Iglesias, también alcalde de A Illa.

Carmela Silva felicitó al regidor socialista por el esfuerzo realizado, tras descubrir la placa oficial del complejo cultural «para sacar adiante este proxecto», que definió como un «dos máis fermosos de Galicia». La presidenta de la Diputación provincial aseguraba sentirse muy feliz con el resultado: «E por todo o que imos vivir hoxe e en todos os días que restan: cultura, cultura, cultura», proclamó.

En la misma línea se manifestaba el regidor grovense, «cumprindo cunha promesa feita por todos os partidos políticos dende hai 43 anos». Un inmueble vanguardista de tres alturas, «moderno e funcional», con camerinos, almacén y tres aulas para la escuela de música, que cuenta con acceso independiente.

Hubo unanimidad al calificar las instalaciones, impresionantes y con una acústica inmejorable. Así lo explicó Javier Veiga, encargado de dirigir la gala, feliz de estar presente en un acontecimiento tan importante, que aprovechó, como siempre, para sacar continuas carcajadas al público. Al escenario se subieron también la soprano Andrea Búa, el cuarteto de jazz Javier Constenla o los bailarines Ismael Pardo y Rocío Baquero. Mientras tanto, el artista Pablo Ozores pintaba un grafiti. A la vista de que tanto el acontecimiento como el edificio cumplen con las expectativas depositadas en él, los curiosos que no hayan podido verlo podrán hacerlo en cualquiera de los actos programados este mes.

 Una obra de gran envergadura que sobrepasa los cinco millones de euros

La construcción del edificio no ha estado exenta de polémica, ya que las modificaciones del proyecto han suscitado todo tipo de comentarios por parte de los partidos de la oposición, al incrementar sus costes, y sobre ella ha estado presente siempre la sombra de posibles irregularidades. Es cierto que se trata de una de las construcciones más caras de la localidad, pero también de las más demandadas. El coste total del proyecto anunciado en el 2018 por el alcalde del municipio, José Cacabelos, era de 4,3 millones de euros, de los cuales la Diputación de Pontevedra subvencionaba un millón y medio gracias al Plan Reequilibrio, y el Plan Concellos aportaba otros 500.000. El resto del importe, otros dos millones, fueron asumidos por el Concello mediante un crédito bancario que tuvo que ser modificado en varias ocasiones, una de ellas destinando a la cubierta exterior otros 220.000 euros que no estaban incluidos en el diseño inicial.

Antes de recepcionar el inmueble el importe de las obras alcanzaba los 4,6 millones, pero la liquidación de las mismas aumentó la cantidad en 330.000 euros más, y quedaba pendiente todavía una revisión de precios del material presentado por la empresa adjudicataria, que añadiría otros 257.000 euros a la cuenta.

Así las cosas la suma alcanzaría los 5,1 millones, que incluirían también instalaciones eléctricas, mobiliario y equipación técnica del edificio. La variación, en definitiva, no sería tan grande como apuntaron entonces las formaciones de la oposición, que calculaban una cifra en torno a los seis o siete millones.