Adro Vello, el abandono de un yacimiento durante treinta años

leticia castro O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MONICA IRAGO

La ansiada declaración como Bien de Interés Cultural alimenta la esperanza de frenar el deterioro de los hallazgos

25 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue en los años 80 cuando el arqueólogo José Carro Otero y su equipo realizaron las primeras excavaciones en la zona de O Carreiro y se percataron que estaban ante un descubrimiento de incalculable valor para el municipio de O Grove. Hallaron restos de una villa romana, una factoría de salazón de los siglos I a III, una necrópolis, una pequeña iglesia e incluso restos de una torre defensiva del Medievo. Aquello tuvo un gran impacto en la parroquia de San Vicente, y se creyó desde entonces que Adro Vello podría ser un gran atractivo turístico, ya que las primeras investigaciones apuntaban a que podría haber mucho más que desenterrar en aquella zona. De hecho, se sabe que el yacimiento se extiende por debajo de la carretera, que es de titularidad provincial, pero ninguna Administración tiene previsto continuar con las labores arqueológicas.

En los años posteriores hubo nuevas excavaciones, dirigidas también por el equipo del profesor Carro. Se tiene constancia de que fue hasta entrados los años 90, aunque desde entonces muy pocas han sido las acciones llevadas a cabo sobre el terreno.

A partir de ahí, los restos encontrados quedaron a la intemperie durante años, y si bien al principio despertaban una enorme curiosidad entre los turistas, la dejadez y la falta de conservación hicieron que este decayese hasta el punto de pasar casi desapercibido.

¿Qué se ha hecho con Adro Vello desde entonces? Las primeras actuaciones consistieron en cercar con una valla de alambre el terreno. Un cierre perimetral que con el tiempo se fue deteriorando sin que hubiese intención alguna de reemplazarlo. Los huesos que se hallaron en la parcela fueron objeto de robos o se esparcieron por la fuerza del mar o la acción de los temporales. Todo ocurría ante la pasividad de quien debía velar por aquella joya, todas y cada una de las Administraciones.

Un panel en condiciones

Hubo incluso que batallar para que se instalase un panel en condiciones que señalase la existencia en el lugar de un yacimiento arqueológico. Pasaron varios años, de hecho. Se dejó crecer la maleza, otorgando a la zona un aspecto de lugar abandonado, y más tarde, ante el avance de las dunas, se instaló otro cercado en la propia playa. Recientemente, y como el entorno es una área protegida, se instalaron además unos postes de madera para mejorar los accesos a la playa de O Carreiro y proteger el sistema dunar.

La conservación de Adro Vello ha estado siempre en el centro de la polémica, y son varias las Administraciones que tienen titularidad sobre esa zona, cuestión que no hace sino aumentar los problemas para actuar sobre ella, así que ahora que, según parece, llegará la tan ansiada declaración de Bien de Interés Cultural. Habrá que comprobar si ello ayuda a continuar descubriendo más Historia, o si al menos conduce a frenar el deterioro de los hallazgos actuales, lo cual preocupa al ejecutivo local.

«Adro Vello no necesita declaraciones; necesita fondos»

 

 

El alcalde de O Grove, José Cacabelos, no se muestra muy entusiasmado con la incoación del yacimiento como BIC, y debe de ser de los pocos en el municipio que no ven necesariamente en este hecho una buena noticia. Tanto es así, que sostiene que el gran problema es que desde hace cuarenta años no se actúa en el terreno: «E parece ser que a culpa é de todos e de ninguén». Visiblemente molesto, el regidor socialista señalaba ayer que políticamente, y sobre todo a nivel local, está «moi canso de Adro Vello».

Para él, la solución al espacio no radica en una declaración que lo proteja, sino que, insiste, debería acompañarse de hechos consumados, porque lo más importante está aún por desenterrar, y asegura que el Concello no tiene los medios técnicos necesarios ni tampoco los económicos como para hacerse cargo de un yacimiento de tal envergadura, «dos máis importantes do norte do Estado español», afirma.

Su enfado con la Consellería de Cultura va en aumento, puesto que no ve intenciones de revalorizar la zona, sino más bien de cumplir una promesa que lleva mucho tiempo sobre la mesa. Y se mostraba tajante: «Ou traen un plan director, técnicos arqueolóxicos e cartos, ou o mellor vai ser botarlle un camión de area por riba e tapalo».

De hecho, subraya que si no es la Xunta la que lidera el cambio en Adro Vello, este quedará igual por muy BIC que sea. La inminente declaración exigirá, de hecho, un plan especial para la zona, del que el propio Ayuntamiento debe hacerse cargo. El equipo de gobierno, que asegura haber consultado con varios técnicos en los últimos tiempos, dice que lo mejor es frenar el deterioro, ya que para ponerlo en valor se necesitarían nuevas excavaciones, y unos trabajos que, de entrada, no están por la labor de asumir, ya que no disponen de un área de Patrimonio ni de partidas económicas para hacerlo.