Testimonio directo desde el Bar Catorsse de O Grove
13 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El caos originado con la sexta ola de contagios por covid no ha hecho más que incrementar la presión sobre los centros de Atención Primaria, provocando el caos en un gran número de empresas que ven cómo su plantilla se va contagiando con gran rapidez, dejando a los equipos en una situación crítica para trabajar. Es el caso de algunas empresas de hostelería, como el Bar Catorsse, en O Grove, que durante las pasadas fiestas navideñas veía como sus camareras daban positivo en coronavirus en un intervalo de tiempo muy corto. Ellas son Cristina Míguez y Verónica Iglesias, que denuncian que el protocolo covid no está funcionando. Cristina fue la primera en contagiarse y lo suyo fue una auténtica odisea para conseguir los resultados de la PCR. «De feito se son sincera, de xeito oficial aínda non teño o resultado desa proba, sóubeno despois de mover moitos fíos».
Al comunicarse con el Sergas, la derivaron al médico de cabecera, pero tardó cinco días más para que en el centro de salud alguien se decidiese a cogerle el teléfono. Después de 50 llamadas consiguió que un facultativo la atendiese, y tras ocho días le diese la baja y alta en la misma fecha. Para su jefe fue una tortura, no solo porque tenía que buscar alguien que la sustituyese, sino porque la tardanza en los trámites conllevaba también un coste. Antes de que Cristina se reincorporase se contagió Verónica, la otra empleada, dejando huérfana a la plantilla. Más gasto, otro empleado, y más incertidumbre. Verónica se empezó a encontrar mal un viernes, luego de realizar pruebas de antígenos toda la semana, y al dar positivo, «chamei e si que me tramitaron a baixa nese momento», pero la sorpresa fue que no le pidieron ninguna PCR.
En cuanto dio negativo, explica, llamó al centro de salud del municipio, pero como no había médicos que le dieran el alta, no pudo volver al trabajo hasta ayer lunes. En total doce días de baja, que no hacen más que aumentar los costes a la empresa. Y todo, se lamenta, porque los servicios de Atención Primaria no dan abasto, algo que, en el caso del del Monte da Vila, confirmaba ayer el edil de Sanidad meco, Javier Caneda.
Verónica y Cristina confiesan tener mucha suerte porque su jefe es razonable, «ao mellor nunha empresa máis grande estaríamos na rúa», comentan.