«Levamos sen terminacións en sete dende hai un mes; e sen cincos dende hai quince días»

a.g. O GROVE / LA VOZ

O GROVE

25 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una enorme cola se agolpaba a las puertas de la administración A Centola Dourada a media mañana de ayer. Entre los que esperan, una excursión de jubilados sevillanos que, aprovechando sus vacaciones gallegas, han ido a probar suerte. Nada raro porque, asegura el administrador Manuel Rodríguez, que este año está siendo una locura en cuanto a ventas.

Ha cogido fama el despacho grovense y con razón porque en el 2019 allí se vendieron décimos agraciados con el tercer premio en el sorteo de Navidad y el año pasado tocó nada menos que el Gordo navideño. Si a ello le añadimos una primitiva en julio de algo más de un millón de euros, la ecuación es perfecta. «Axuda, claro que axuda», asegura Manuel acerca de la racha de éxitos que le acompaña.

Las ventas de A Centola Dourada son mejores ya no que las del año pasado, normal teniendo en cuenta que estábamos en lo más crudo de la pandemia, sino también con respecto al 2019. Y es algo que ha detectado también entre los bares y los clubes, que este año están vendiendo más que nunca. «Levamos se terminacións en sete dende hai un mes; e sen cincos dende hai quince día», explica Manuel, que sostiene que la fiebre por la lotería de estas Navidades es extraordinaria y no solo en O Grove. Aunque a él, insiste, no le está yendo nada mal. Lo del siete es algo de toda la vida, y en la Centola Dourada todavía tiene más sentido porque fue el 72897 el que repartió allí cuatro millones del Gordo del año pasado. Este año ese número volvió a estar a disposición de los clientes y hubo quien lo pidió expresamente. «Sería raro que tocara outra vez, pero quen sabe», aventura Manuel.

Él también juega a la Lotería de Navidad, confiesa, y, aunque dice que lo que le hace verdadera ilusión es repartir premios entre sus clientes, si él fuera tan afortunado como la persona que se llevó la primitiva del millón seiscientos mil se retiraba sin ninguna duda. Bueno, en realidad, aquella mujer ya es exclienta porque en cuanto le tocó la primitiva dejó de jugar. «Era das que sempre dicía que nunca daba un premio. E mira ti», bromea.