A Toxa y Raeiros, dos focos habituales de vandalismo veraniego en O Grove

Rosa Estévez
ROSA ESTÉVEZ O GROVE / LA VOZ

O GROVE

cedida

La Policía Local está investigando los reiterados ataques en la isla meca

26 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que ocurre. De hecho, es un problema que se repite verano tras verano: «A Toxa, en julio y agosto, es un foco de vandalismo». La frase, lapidaria y contundente, la pronunció este miércoles el alcalde de O Grove, José Cacabelos (PSOE). «Estamos teniendo problemas recurrentes», señala el regidor, que apunta a la isla del Louxo, pero también a playas como Raeiros y Area Grande. En esos tres puntos se están detectando, con abrumadora insistencia, «ataques a mobiliario urbano, a cristaleras, a todo tipo de cosas».

En las playas de Raeiros y Area Grande los desperfectos se concentran, básicamente, en las casetas de los baños y en los puestos de vigilancia. El regidor no duda de que en el origen de estos episodios se encuentra la celebración de botellones en los arenales. En el caso de A Toxa, más que de botellones hablaríamos, dice, de «puro vandalismo».

Asegura Cacabelos que la Policía Local de O Grove está trabajando en esa cuestión. Otros años, las investigaciones dieron su fruto y fueron identificados e incluso sancionados un grupo de jóvenes que habían ocasionado cuantiosos destrozos en la aldea de los Grobits. Este año, de momento, las investigaciones siguen abiertas, aunque el alcalde considera que detrás de todos los actos vandálicos denunciados se encontrará, de nuevo, algún «grupo de jóvenes o adolescentes». «Este es un problema que se concentra, fundamentalmente, en los meses del verano. En invierno, en A Toxa no tenemos este tipo de incidencias, es algo que está muy focalizado en julio y agosto, que es cuando la población se multiplica en la isla, que después de San Vicente es la segunda zona de segundas residencias del municipio». El alcalde reconoce que los comerciantes asentados en la isla están «cansados» de esta situación, que se repite año tras año.

En San Vicente, sin embargo, no se están registrando este verano especiales problemas. En los últimos años, los meses de julio y agosto se habían convertido en tiempos amargos para el cura párroco, Juan Ventura, que se cansó de denunciar los daños ocasionados tanto en la capilla de San Vicente do Mar, como en el recinto de la iglesia parroquial e incluso el cementerio, por grupos de personas que durante las noches se reunían en ese lugar para celebrar botellones que dejaban una resaca de cristales rotos y destrozos difíciles de digerir. Este año, sin embargo, no se ha registrado ese problema, según confirma Ventura. «Al empezar el verano habían dañado la puerta de la capilla de San Vicente do Mar, pero afortunadamente fue el único episodio que hemos registrado este verano».