Victoria: el cumpleaños feliz de la niña que nació con el primer confinamiento

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

O GROVE

CEDIDA

Vino al mundo el 14 de marzo del 2020 y endulzó a sus padres el que ha sido, probablemente, el año más extraño y duro de la historia reciente

15 mar 2021 . Actualizado a las 21:05 h.

Victoria nació hace hoy, justamente, un año. La pequeña vino al mundo el mismo día en el que España entera se encerraba en casa, aterrorizada por un virus. Empezaba la era del covid-19, pero Victoria no lo sabía: para ella comenzaba una aventura aún mayor, la de su vida. «Este último año ha sido intenso, pero muy bonito. Da un poco de vergüenza decirlo, pero es así», dice Mónica, la madre de la niña. Su voz suena, al otro lado del teléfono, cargada de energía. Y durante la conversación, una risa franca y vibrante transmite una alegría que se antoja liberadora.

Mónica y José Antonio llegaron con Victoria a O Grove el día 18 de marzo y se enclaustraron en casa. «Solo salía él a hacer la compra», recuerda la madre. «Puede sonar extraño, pero nosotros durante el primer confinamiento estuvimos encantados. Tuvimos mucho tiempo para conocernos tranquilamente, a solas... Obviamente, echábamos de menos a nuestras familias, pero aún así el recuerdo es bonito». Durante aquellos días, los momentos más críticos llegaron cuando tuvieron que registrar a la niña. «No teníamos el DNI digital, hasta entonces ni siquiera éramos conscientes de la importancia de tenerlo», explica Mónica. «Afortunadamente, tras dar muchas vueltas dimos con una chica que nos ayudó, y José Antonio fue a Pontevedra, al registro... Volvió a casa llorando, porque sacándolo a él, todos los que estaban en la cola eran de tanatorios e iban a registrar defunciones». Sacando ese episodio, dice, «en casa no sufrimos la angustia pandémica... Entre la niña y el trabajo, porque en mi caso también ha habido cambios positivos, no he tenido esa sensación. Para mí el 2020 fue un buen año, aunque lo tenga que decir con la boca pequeña porque sé todo los problemas que hay a mi alrededor».

Tras aquellas primeras semanas de casa y paz, llegó el momento de poder salir a la calle. «La primera vez que la sacamos de paseo fue el 26 de abril; la llevamos a ver a los abuelos, que no la conocían. No pudieron acercarse a ella ni cogerla, pero estaban súper emocionados», explica Mónica. Victoria aún tuvo que esperar para conocer a sus otros abuelos. «Viven en otra provincia, así que hasta el 3 de junio no pudieron conocerla». «Para mis suegros era su primera nieta, imagínate la emoción cuando por fin pudieron verla», relata Mónica.

Su hija ha ido conquistando los corazones de toda la familia. Porque, de momento, ese es su mundo. «Victoria es una niña muy buena y alegre. Pero no está acostumbrada a estar con mucha gente. Tampoco está en contacto con niños. Íbamos a llevarla a la guardería, pero con todo esto nos dio miedo», relata la madre, que confiesa que ese mismo «miedo» ha llevado a su familia a «movernos en un círculo muy cerrado. Nuestra vida social está de capa caída. Ni siquiera en verano cambió la cosa; fuimos muy poquito a la playa aunque, eso sí, las veces que fuimos le encantó la arena y bañarse».

«No está acostumbrada a estar con mucha gente. Yo creo que cuando recuperemos la normalidad y pueda ver gente y se puedan dar besos, al principio se va a agobiar». Mónica desea que llegue el día en el que pueda interactuar con otros niños. «A veces la llevo del paseo al parque y se queda alucinada mirándolos», relata su madre.

Llegará el momento en el que Victoria, que empezó a gatear el día de Navidad y a la que ya le han salido los dientes, descubra que la gente tiene rostro debajo de la mascarilla. En el que descubra el placer de tener amigos y jugar con ellos en el parque. En el que recuperemos los besos, los abrazos y las cañas con las viejas amistades. «Espero que aprendamos mucho de esta lección, que no olvidemos lo que de verdad es importante».