«Ninguén cría que a dorna Meca navegara cun balandro e lle gañase»

Bea Costa
bea costa REDACCIÓN / LA VOZ

O GROVE

MONICA IRAGO

Triñanes lamenta los escollos burocráticos que lastran a las embarcaciones tradicionales

14 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó a la vela tradicional relativamente tarde, pasaba de los cuarenta, pero ha sabido sacarle el máximo partido. «Sempre ía a punta do peirao e cando vía pasar á Meca, dicía, eu teño que estar aí». El muelle es el de O Grove y A Meca es una dorna xeiteira que acabó dando lugar a la constitución de una asociación del mismo nombre: Amigos da Dorna Meca. En el mundillo de la vela tradicional no necesitan presentación; constituyen uno de los colectivos más implicados en la promoción de la cultura marítima en Galicia.

Su presidente en la última década, José Manuel Triñanes, Manolo para la mayoría, Manu o presi para otros, acaba de dejar el cargo, pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que vaya a amarrar a puerto. Al contrario. «Agora, cando vaia ás regatas e aos encontros, vou estar máis relaxado», explica. Disfruta navegando como en ningún otro sitio. «Cando vas con vento favorable e vai a dorna andando, cando vas a través, cando che salpica a auga... é unha vivencia diferente a calquera outra», relata.

Al placer de la travesía se suma un espíritu competitivo que no oculta. «Si, gústame gañar», y, sobre todo, hacerlo a bordo de una xeiteira, en un mano a mano y siguiendo la estela de un velero de varios palos en aguas de Ons o Sálvora. Si algo han demostrado en O Grove es que las dornas son tan buenas como cualquier velero de gran porte a la hora de regatear, y su palmarés lo acredita. «A xente non cría que A Meca navegara cun balandro e lle gañara». Y vaya si gana. Su tripulación recibió el trofeo en dos ocasiones en la regata Illas Atlánticas de manos del hoy Rey emérito y cosechó también éxitos en la Almirante Rodríguez Toubes, «cando vindo da Punta do Carreiro ata a Lanzada romperon os paus co vento que ía», recuerda nuestro protagonista. Pero si algo le ha quedado grabado de aquella competición, hace tres años, fue el saludo que les regaló la Armada cuando A Meca llegó triunfal al puerto de Marín. «Aínda agora me emociono cando o recordo».

Además de un deleite, para Triñanes es un orgullo mostrar las dornas por el mundo. Él no pudo acudir a encuentros internacionales como el de Brest, pero desde O Grove también se puede hacer mucho en favor de la cultura tradicional. Por allí pasan miles de turistas a los que Manolo hace gustoso de guía a la hora de explicarles la tipología de la dorna, como se maneja y que la xeiteira se llama así porque trabajaba con el xeito y la polbeira, más pequeña, porque se dedicaba a la captura del pulpo.

«Os de fóra mostran moitísimo interese polo noso patrimonio», afirma. Por eso le duele que en Galicia, especialmente en las rías, todavía haya mucha gente que vive de espaldas a la cultura marítima. Cree que es fundamental hacer didáctica entre las nuevas generaciones -él, por supuesto, ya la está haciendo con sus nietos Andrea, Alba, Nico e Íker- y también entre los políticos, la clase dirigente de la que dependen los apoyos institucionales. Triñanes no comprende que, a día de hoy, con una federación como Culturgal afianzada, todavía tengan que luchar con la Administración para conseguir marinas en las que atracar las embarcaciones tradicionales y tasas portuarias adecuadas a su realidad.

Pese a los escollos burocráticos, los dorneiros siguen soltando amarras cada primavera en busca de vientos favorables. En Amigos da Dorna Meca siempre tuvieron claro que su patrimonio, material e inmaterial, es para todo el pueblo, por eso a Triñanes le resultó especialmente gratificante recibir hace un par de años el Centolo de Ouro de la Festa do Marisco. «O club sempre estivo aberto a todo o mundo», indica, incluidos turistas y los artistas que invitaba el Náutico de San Vicente para animar las noches de verano. Los únicos requisitos son el buen ánimo, ganas de disfrutar, unas cervezas y, si se tercia, la música de gaita, una pandereta o la guitarra.

El timón de la asociación lo dirigirán ahora Peixe, Moja, Iria y Marina, entre otros, pero José Manuel Triñanes siempre estará ahí para echar una mano y para disfrutar de la travesía. La próxima arribada será a propósito del homenaje a Paterí, uno de los socios fundadores, que acaba de zarpar a otro puerto.