Hallan muerto a un rañeiro vilanovés, horas después de encontrar su lancha a la deriva

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

O GROVE

Mónica Irago

El hombre, de 43 años, había salido a medianoche del jueves a faenar al camarón

20 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La tragedia volvió ayer a la ría de Arousa. A las siete de la tarde se confirmaba la fatal noticia. El cuerpo sin vida del rañeiro Ramiro Piñeiro Lago fue localizado al lado del puente de A Illa tras varias horas de búsqueda. Había salido a medianoche del puerto de Vilanova a faenar al camarón y ya no volvió. Su pareja, extrañada de que no estuviera en casa, llamó a la cofradía a eso de las ocho y media de la mañana y poco después le comunicaban que la lancha de Ramiro, la Emi, había sido localizada a la deriva entre las bateas de Meloxo, cerca de O Grove.

Enseguida se puso en marcha el dispositivo de búsqueda en el que se peinó la ría por tierra, mar y aire. Participaron Salvamento Marítimo, el helicóptero Pesca 1, la Guardia Civil, los servicios de vigilancia de las cofradías y de emergencias de la zona, así como marineros a título particular, que no dudaron en hacerse a la mar para ayudar en lo posible.

Al mediodía localizaron un rizón, una linterna y un truel al lado de uno de los pilares del puente de A Illa, de modo que los esfuerzos se centraron en esa zona. En tierra, la angustia crecía con el paso de las horas. Familiares del desaparecido se trasladaron al puerto vilanovés para seguir de cerca el dispositivo, pendientes de la más mínima novedad. Entre ellos estaba su madre, Evangelina Lago, una mujer muy conocida en la ría y sabedora de los riesgos que entraña trabajar en el mar, no en vano fue patrona mayor de Vilanova durante muchos años.

Nadie se explicaba ayer qué pudo haberle ocurrido a Ramiro Piñeiro. Se maneja la hipótesis de que se le soltara la lancha mientras trabajaba y se lanzara al agua para intentar recuperarla, pero nunca se sabrá a ciencia cierta lo que ocurrió.

A primera hora de ayer todavía cabía la esperanza de encontrarlo esperando a ser rescatado sobre una batea, pues no sería la primera vez que un mariscador pierde su embarcación y se refugia en los parques flotantes de mejillón, pero a medida que pasaban las horas esta posibilidad se desvanecía y los peores augurios acabaron cumpliéndose.

La cofradía expresó su pésame a la familia y las señales de duelo se sucedían a última hora de la tarde.

En la memoria de la gente de mar de Arousa están todavía presentes las últimas tragedias marítimas de principios de año. En febrero falleció un marinero de 50 años, vecino de O Grove, que se cayó del Tucán II, y pese a que el patrón del barco se lanzó al agua para rescatarlo, no consiguieron salvarlo. A los pocos días, quien perdía la vida era Harri, un joven de A Illa que acudió a las inmediaciones de Ons en busca de mejilla. Y también un día 19, pero de diciembre del 2018, se hundía el Sin Querer Dos en aguas de Fisterra, dejando a cuatro vecinos de Cambados por el camino.