Los hoteles de O Grove pronostican un año negro

l. castro O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

Todos los establecimientos de la localidad permanecen en estos momentos cerrados al público

20 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis del COVID-19 en O Grove deja tras si no solo calles vacías y la vida social totalmente paralizada, sino también un muy mal pronóstico de cara a los próximos meses para los establecimientos hoteleros grovenses, uno de los principales ejes económicos de la localidad. Todos ellos permanecen en estos momentos cerrados al público, a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos en torno a esta situación en las próximas semanas.

Lo cierto es que las reservas se caen a un ritmo estrepitoso, poniendo incluso en riesgo el comienzo del verano. Así lo confirmaba desde el Hotel Louxo, María Dolores Valladares, su directora: «Las cancelaciones para mayo y junio aumentan día a día». Este establecimiento, que cuenta con alrededor de cuarenta trabajadores, tiene en estos momentos a la mayor parte de la plantilla de vacaciones, confiando en que «la cuarentena» no se alargue demasiado. Si la situación se agrava y hay que permanecer muchos más días con la puerta cerrada, «habrá que plantearse un expediente de regulación de empleo», lamentaba. Esa posibilidad está ya encima de la mesa en el Eurostars Isla de La Toja, que decidirá este viernes el futuro a corto plazo de sus trabajadores, quienes confirmaban ayer que el hotel permanecerá cerrado hasta el 1 de junio, y «ahora estamos a expensas de las decisiones que tome la empresa». Se prevé que a lo largo de esta jornada exista una decisión en firme.

A la vista de las circunstancias no va a ser un buen año en lo que a economía se refiere, y la temporada estival, pendiente de lo que suceda, «puede ser impredecible», comenta Lino Álvarez, del Hotel Isolino, en el casco urbano del municipio. Ellos ya habían decidido cerrar antes de que el gobierno decretase el estado de alarma, puesto que «el nuestro es un negocio familiar, en el que convivimos con personas de alto riesgo, y no queríamos exponernos». Cree que las medidas son «estrictamente necesarias», y a pesar de las anulaciones, considera que si esta crisis no se extiende demasiado «puede que la gente en verano necesite realmente unas vacaciones, y pensemos que muchos están cobrando paro, y se realiza poco gasto». Pero es de los pocos optimistas.

Todo lo contrario opina la presidenta del PP en la localidad, Beatriz Castro, gerente del hotel Cons da Garda en San Vicente. Castro explica que para la Semana Santa había previsiones entorno al 70%, «e ahora están nun 20% e baixando», por lo que augura que será catastrófica. En su hotel estaban en pleno proceso de selección de personal, ya que el establecimiento abría sus puertas, precisamente, en abril, y tuvieron que posponerlo, «me temo que ata o verán non empezaremos a contratar, a Semana Santa a damos por perdida». En lo político, la popular considera que el gobierno local debería «implementar medidas que contribúan a paliar esta situación, como unha reducción de impostos que son da súa competencia», asegura. Hasta este momento, el regidor del municipio no ha tomado ninguna decisión al respecto, puesto que «es una incertidumbre cuanto va a durar esta situación», pero explica que si se extiende, «estudiaremos medidas».