La cadena mar-industria reclama su protagonismo ante cualquier modificación de la Ley de Costas

Rosa Estévez
R. Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

Cofradías, bateeiros y empresas transformadoras reclaman una «mesa de análise» que reconozca su peso específico en la economía gallega

20 feb 2020 . Actualizado a las 22:10 h.

No quieren ser un «arma arrojadiza», un bumerán que utilicen los partidos políticos a su antojo ahora que entramos en una nueva precampaña electoral. Los colectivos y empresas que representan la cadena mar-industria de Galicia  han comparecido en rueda de prensa para dejar claro que no quieren ser convertidos en títeres de unas o de otras fuerzas políticas, básicamente «porque as necesitamos a todas» para garantizar el futuro. El suyo y el de toda la costa gallega, cuya economía pivota, de forma evidente, sobre los distintos subsectores que nacen del mar. Ese futuro depende de lograr la seguridad jurídica necesaria para garantizar la continuidad e incluso el crecimiento de las empresas asentadas en la costa, desde viveros de marisco hasta conserveras, amenazadas ahora tanto por la interpretación excesivamente restrictiva de la actual normativa de Costas, como por una pretendida modificación del reglamento que pondría en solfa la continuidad de muchas empresas.

Roberto Fariña, presidente de Agade y portavoz de la cadena mar-industria, integrada por cofradías, asociaciones de mejilloneros, Anfaco o el Clúster de Acuicultura, explicaba ayer que no estamos ante una cuestión baladí, ante un problema que afecte «a catro, a vintenove ou a cen. Somos moitos máis os afectados», ya que la desaparición de empresas de depuración o transformación de pescados y mariscos entraña un serio riesgo, también, para quienes se dedican a su extracción o cultivo. Y sigamos bajando: a las empresas de suministros, a los astilleros, al comercio local... Porque en la economía de la Galicia costera todo está íntimamente ligado. Así lo señaló, en la rueda de prensa, Javier Blanco, portavoz de la asociación de mejilloneros Ventos da Ría. «A nós, como bateeiros, podería parecer que todo isto non nos afecta. Pero non é certo. Porque cantas menos depuradoras, cocedoiros e conserveiras existan, peor nos vai ir», razonaba.

Esta realidad, tan particular de Galicia, debe ser tenida en cuenta, dicen desde la cadena mar-industria, cuando desde el Gobierno central se adopten medidas que afecten a la costa. Roberto Fariña explicaba que se ha reclamado al Ministerio de Transición Ecológica que elabore un estudio sobre el peso socioeconómico y de afectación que los cambios de la normativa tendrían en Galicia. «A partir de aí, podemos empezar a falar da modificación do regulamento xeral de Costas», explicaba. Una modificación a la que el sector, de entrada, no se opone, todo lo contrario: Consideran que sería una oportunidad para modular el texto y evitar que se hagan interpretaciones híperrestrictivas que acaben condenando al cierre a empresas que están en funcionamiento. O que obliguen a otras, dispuestas a crecer, a replantearse las inversiones previstas en Galicia. Pero los cambios, señalan, deben realizarse de forma consensuada, y por ello reclaman que se constituya una «mesa de análise» de la que deberían formar parte tanto los integrantes de la cadena mar-industria, como los sindicatos y el gobierno gallego. Ese órgano garantizaría que en «calquera reforma lexislativa en materia de Costas se recoñeza o peso indiscutible que estes sectores teñen na vida económica de Galicia».

El reglamento de la discordia

Las empresas del conglomerado mar-industria llevan meses de trabajo incansable, desde que llegó a sus manos una propuesta de modificación del reglamento de la Ley de Costas que pondría en jaque, dicen, a la mayoría de las empresas dedicadas a la depuración y transformación de productos del mar. Ese documento ha sido descartado, aparcado, según han manifestado diversos responsables del PSOE gallego, incluído el delegado del Gobierno, que ha pedido al sector tranquilidad. Pero esas buenas palabras no son suficientes. «Necesitamos unha aclaración inmediata do Ministerio, que nos indiquen como está a situación», señalaba Roberto Fariña. 

A la espera de que esas explicaciones oficiales se produzcan, los colectivos afectados por toda esta situación han decidido mantener una reunión con todos los grupos con representación en el Congreso de los Diputados para explicarles sus circunstancias y sus razones. De momento, en Galicia han conseguido el apoyo de todos los partidos políticos.