Infierno de agua y viento sobre Arousa

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

Martina Miser

Dos momentos de lluvias torrenciales pusieron en jaque a la comarca, de Valga a O Grove

17 ene 2020 . Actualizado a las 11:33 h.

A las ocho y media de la tarde, los efectivos de Emerxencias de O Grove soñaban con poder comer algo. Llevaban horas trabajando sin descanso, intentado poner un poco de orden en el caos en el que se había convertido la península meca durante una jornada de lluvias torrenciales. Y es que, según los datos recogidos en la estación de Meteogalicia en A Lanzada, entre la una de la tarde y las cuatro y media cayeron en la península meca más de sesenta litros por metro cuadrado. Los datos, en el resto de la comarca, fueron muy similares: el agua desencadenó un infierno en toda la orilla sur de la ría.

El frente lluvioso entró por O Grove. Allí, el agua provocó anegamientos en diversas zonas de la localidad. Quizás Terra de Porto haya sido una de las áreas más castigadas, con las calles convertidas en auténticos ríos. También se formaron torrentes de aguas enlodadas bajando de la zona de Monte da Vila, según indicó el alcalde Cacabelos. El agua, desatada en toda la península, entró en los bajos de numerosas viviendas -al menos en siete actuó Emerxencias-, en negocios -tanto en comercios de la Castelao como en Virxe das Mareas- y en garajes. Entró también en corrales y fincas. «Llovió demasiado. Las alcantarillas no daban más de sí», explicaba ayer el alcalde, quien informó de que se reforzaron tanto la plantilla de Emerxencias como la de la Policía Local y el servicio de Obras. En la localidad se registraron, además, dos accidentes de tráficos: dos salidas de vía con heridos leves.

Cambados también sufrió ayer los rigores de la lluvia. Los efectivos de Protección Civil tuvieron que cortar el tráfico, señalizar y limpiar arquetas sin descanso, y ni siquiera así lograron evitar que se anegasen calles como las avenidas de Castrelo, Galicia, Vilariño; la zona de O Pombal, Ribeira de Fefiñáns, la zona de la plaza de abastos, la plaza del Concello. Pero fue en la Avenida de Vilagarcía donde la situación se puso más peliaguda, con la Guardia Civil desplegada para regular el tráfico, mientras los operarios municipales limpiaban arquetas. Aunque los vecinos tienen claro el origen de tan inédita inundación en esta zona de la villa del Albariño: la construcción de viviendas sobre un regato.

En Vilagarcía el temporal también azotó con fuerza, generando más de medio centenar de intervenciones del servicio de Emergencias. La calle Rey Daviña se convirtió en una suerte de canal, con el agua entrando en algunos locales, tanto hosteleros como comerciales; en Xoán Carlos I, la Avenida de Cambados y la Rosalía de Castro las balsas de agua dificultaron el tráfico rodado. Hubo coches atrapados bajo los viaductos del tren, tanto en la carretera de O Pousadoiro como en el acceso a A Torre. Y entre el agua y el viento tumbaron el muro de una vieja fábrica en la calle O Souto.

Ese tipo de incidencias se pudieron rastrear ayer por todos los municipios de la zona sur de la ría de Arousa. En Pontecesures se anegaron varias vías públicas, y en Valga los efectivos de Protección Civil pasaron las horas centrales del día vigilando arquetas y bolsas de agua en carreteras, árboles caídos, etcétera. En A Illa, el viento causó daños en el tejado del Concello y en varios edificios de la Avenida da Ponte.