Las seis bazas para ver un olímpico arousano, pongamos que en Tokio

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

RFEP

Frieiro, Pérez, Morison, García, Dacosta y Domínguez están en la carrera por una plaza en la cita asiática, quizá demasiado cercana para Iago Monteagudo y Manuel Fontán

09 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la participación del vilagarciano Antón Paz en la edición de Pekín 2008, con su flamante medalla de oro en la despedida de la clase Tornado del programa de competición, Arousa ha estado huérfana de un deportista local en los Juegos Olímpicos. La conexión vilagarciana de Támara Echegoyen en el momento de lograr su título en el Elliott 6M, y las sucesivas presencias de la canguesa afincada en O Grove Teresa Portela han alimentado el ansia por ver a un arousano en acción en la mayor cita del mundo; con el propio Antón Paz y su vecino y subcampeón en Londres 2016 con la selección de baloncesto femenina española, el preparador físico Jordi Aragonés, gozando de la experiencia en calidad de técnicos. Seis promesas del piragüismo de O Salnés y Baixo Ulla son las grandes bazas sobre las que las dos comarcas sustentan hoy su sueño de disfrutar en un futuro próximo de un nuevo deportista olímpico. Por qué no, en Tokio 2020.

Seis arousanos han arrancado el presente año con la mira puesta en hacerse un hueco en la selección española que en el Campeonato del Mundo de Esprint de Szeged, Hungría, peleará en agosto las primeras plazas en juego para la nueva edición de los Juegos Olímpicos en el país del sol naciente.

Las tres kayakistas y las dos canoístas arousanas que lucieron en el 2018 la licra de la selección hispana son, de partida, las mejor colocadas cuando hablamos de las opciones de O Salnés y Baixo Ulla. Empezando por la catoirense del As Torres-Romaría Vikinga Carla Frieiro, que el 2 de febrero recogerá el premio a la mejor kayakista juvenil española del año pasado tras rozar el podio en el Mundial Júnior en su primer año en la categoría, cuarta en el K-1 500, y ganarle la plaza en el mismo barco olímpico a la mismísima Teresa Portela para gozar de su primera experiencia en un Mundial Absoluto.

Tras dos años concentrada en Sevilla con el equipo nacional de káyak femenino, la grovense Natalia García, del Breogán, ha vuelto al Centro Galego de Tecnificación Deportiva para trabajar bajo las órdenes de Daniel Brage y junto a sus pupilas más aventajadas, Teresa Portela, y la propia Carla Frieiro. Su intención, dar un salto de calidad con la vista puesta en ganarse un hueco en el K-2 o el K-4 500 en el selectivo previsto en principio para comienzos de abril en Trasona, Asturias. Una opción, la del káyak de equipo, que puede servir de trampolín olímpico a García y Frieiro. Y también a una pontecesureña Camila Aldana Morison obligada a recomponer su trayectoria tras un negro 2018 que puso punto y final a cuatro años consecutivos subiéndose a un podio de una gran cita internacional.

El estreno de la canoa femenina en el programa olímpico tiene en la cambadesa del Náutico O Muíño María Pérez y en la boirense del As Torres-Romaría Vikinga Raquel Dacosta dos sólidas opciones de hacerse un hueco en el C-1 200 o el C-2 500 que España llevará al Mundial de agosto. La primera, Sub-23 de primer año, disputó los últimos Europeo y Mundial Júnior y Mundial Absoluto en 2018. La segunda compagina este año entrenamientos en el equipo nacional de Sevilla, con Pérez entre sus compañeras, y su club, el As Torres, tras desembarcar la temporada anterior en la canoa, participando en el Europeo Sub-23.

Por su parte, el madrileño del Breogán do Grove, Noel Domínguez, aspira desde el equipo nacional de canoa de Sevilla a copar el C-1 1.000, toda vez que los palistas del E.P. Poio Adrián Sieiro y Sergio Vallejo parecen centrados en consolidar su poderosa progresión en el C-2 1.000.

Pensar en Tokio 2020 parece, hoy por hoy, apresurar demasiado las carreras de otras dos de las más firmes promesas del piragüismo arousano. Es el caso del canoísta vilanovés del Náutico O Muíño e interno del CGTD Manuel Fontán, subcampeón europeo juvenil de C-1 1.000 el año pasado, y juvenil todavía en este 2019, lo que le resta opciones en un barco con tantos aspirantes como la canoa larga. Lo mismo le sucede al meisino del Naval de Pontevedra Iago Monteagudo, que busca poder acabar de madurar su talento en el káyak en Sevilla, tras entrar en el equipo nacional Sub-23 a punto de cumplir los 22 años.