El fuego vuelve a devorar un barco en O Grove, esta vez, sin heridos

Bea Costa, Serxio González O GROVE / LA VOZ

O GROVE

RUTH NÓVOA

Los cuatro tripulantes que iban a bordo fueron rescatados tras lanzarse al mar

03 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En O Grove siguen de sobresalto en sobresalto. La sombra de la tragedia planeó ayer de nuevo en el municipio como consecuencia de un accidente marítimo. El 24 de julio ardía un catamarán con 52 personas a bordo. Entonces hubo 38 heridos. Ayer pasada la una de la tarde, como en aquella ocasión, una gran columna de humo negro asomó por el horizonte como consecuencia del incendio de una embarcación. En esta ocasión todo se quedó en un susto. Se trataba de una lancha de recreo de pequeñas dimensiones que, por razones que ayer todavía se desconocían, empezó a arder. A bordo viajaban cuatro personas, una pareja y sus dos hijos, que se lanzaron al mar en cuanto vieron que sus vidas corrían peligro.

La embarcación se encontraba a unos trescientos metros de la costa, cerca del puerto deportivo de Pedras Negras. Por fortuna, en las inmediaciones se encontraba una lancha del servicio de salvamento de playas del Concello de O Grove, que puso rumbo hacia el lugar del siniestro en cuanto el humo se hizo visible y tras oír un fuerte ruido.

Los cuatro tripulantes fueron trasladados al puerto, donde fueron atendidos en primera instancia por el servicio médico del 061. Según el parte de la Axencia Galega de Emerxencias, todos resultaron ilesos, no obstante, la mujer que viajaba a bordo ?una veraneante asidua a O Grove? fue trasladada al PAC para prevenir males mayores.

Para entonces, ya se había movilizado un amplio dispositivo por mar y por tierra. Desde el servicio de Emerxencias Galicia 112 se dio aviso a Salvamento Marítimo, Gardacostas, 061 y Bombeiros do Salnés. También se movilizaron la Guardia Civil, la Policía Local de O Grove y los servicios de emergencias y protección civil de O Grove y Sanxenxo. Estos fueron los últimos en abandonar el muelle de Pedras Negras, donde se encargaron de reflotar la embarcación, que quedó muy afectada como consecuencia de las llamas, y aplicaron los últimos chorros de agua para enfriar el casco calcinado.

Más allá de la ceniza provocada por la combustión, no se produjo ningún otro vertido al mar, ni de combustible ni de otra sustancia contaminante, según las estimaciones iniciales. Una vez en el muelle, la embarcación se puso a disposición de la policía judicial, que determinará las causas del siniestro.

El suceso habría pasado desapercibido para la mayoría de la población de no haber provocado una gran humareda, perfectamente visible desde la playa de A Lanzada y demás arenales que se extienden por el litoral de San Vicente de O Grove, atestados de gente a esa hora. En mente de muchos estaba el accidente ocurrido hace poco más de una semana no muy lejos de allí. El catamarán de pasaje que quedó convertido en un infierno ardió en la parte norte de la península grovense, cerca de la isla de A Toxa. En este caso, el suceso se desencadenó en la costa sur, con la isla Ons como telón de fondo.

Hechos aislados

Desde el Concello de O Grove atribuyen este segundo siniestro a una fatalidad y hablan de sucesos aislados y anecdóticos. Este municipio arousano de once mil habitantes cuadriplica su población durante el verano, y, con ello, también la densidad de embarcaciones de recreo que navegan por la costa, «co cal aumenta a probabilidade de que haxa accidentes», según señalaba ayer la concejala de Turismo, Emma Torres. «Estamos tranquilos porque non houbo vítimas e porque demóstrase que temos un servizo de emerxencias impecable, que hai que ter», afirmó en alusión a la recurrente polémica que surge cada año en el municipio en relación a la cobertura de las emergencias. El mensaje de la concejala es rotundo: O Grove es un lugar seguro.

Siguen hospitalizadas cinco de las víctimas del incendio del catamarán

El accidente de ayer se quedó en un mal trago, el ocurrido el día 24 todavía arrastra secuelas. Cinco personas siguen hospitalizadas como consecuencia de las heridas que sufrieron en el incendio del catamarán en O Grove. Se trata de un matrimonio de Majadahonda (Madrid), que fue ingresado en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), con quemaduras de segundo y tercer grado en el cuarenta por ciento de su cuerpo, sobre todo en brazos y espalda. Otras tres personas, un matrimonio de Mataró y una vecina de Sevilla que sufrieron quemaduras graves, fueron trasladadas a Povisa (Vigo), donde permanecen con pronóstico estable. La mujer andaluza será hoy mismo trasladada a la Clínica del Rocío. Una sexta persona hospitalizada fue ya dada de alta.