Aprendiendo valores a ritmo de Hip-Hop

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MARUXA ALFONSO

Gus Epam Boneke y Cheska Caneda enseñaron con este tipo de música a los alumnos de As Bizocas, en O Grove, que lo que tienen que decir es importante

17 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el instituto As Bizocas, de O Grove, han decidido empezar la semana de una forma diferente. Todos los alumnos pudieron saltarse una de las clases previstas ayer para asistir a un novedoso taller en el que, ellos piensan, se les va hablar de música, más concretamente del Hip-Hop. Y eso es cierto, pero solo en parte. Porque esas lecciones, que ayer impartieron Gus Epam Boneke y Cheska Caneda, van sobre mucho más que la música. Van sobre el mensaje que en ella se puede esconder, desde un alegato en contra de la violencia contra las mujeres hasta otro en contra del racismo. Y, sobre todo, intentan también demostrarle a los jóvenes que lo que ellos quieren decir es importante, que sus mensajes tienen en estos ritmos una forma de ser transmitidos. La lección de ayer fue una toma de contacto, que se llevó a cabo gracias a la colaboración del centro y del Concello de O Grove. Pero los dos maestros de esta disciplina defienden las bondades de la misma y aseguran que hay estudios que establecen que, tras asistir a varios de estos talleres, los estudiantes pueden mejorar sus notas hasta en un 16 %.

«Os adolescentes do noso pobo non teñen un lugar onde expresarse». Quién habla es Cheska Caneda, una vecina de O Grove madre de un adolescente que, a través de una amiga, conoció a Gus Epam Boneke. Este mallorquín llevaba años afincado en Valencia, donde impartía talleres de Hip-Hop en los institutos para acercarse a los adolescentes y «reforzar los valores que la juventud tiene», explica él mismo. Gus tuvo su primer contacto con el Hip-Hop cuando tenía 38 años. De ahí que su nombre artístico sea Gus Añejo. Y ahora utiliza esta disciplina para transmitir una educación en valores a los jóvenes. Cuestiones como el machismo o el racismo son tratados con este método, «a través de una actividad divertida. Todo, jugando, se fija más rápido», añade. En la comunidad valenciana, son varios ya los municipios que se han apuntado a estos programas y con un notable éxito. Porque, otra de las bondades de este sistema, es que les ayuda a los alumnos estudiar. «Cuando un chaval aprende a coger su lección y a pasarla a ritmos de rap, consigue mejorar su nota hasta en un 16 %. Es pura nemotécnica».

Hace ya años que Gus llegó a O Grove y, cuando Cheska se enteró de lo que hacía, no lo dudó. Inmediatamente le propuso recuperar su actividad en la localidad meca. «Son nai dun adolescente e, cando souben que Gus se dedicaba a isto, decidimos que os rapaces merecen este tipo de talleres», asegura. Así es como llegaron hasta las aulas del instituto As Bizocas. «O Hip-Hop é unha ferramenta para educar en valores», insiste Cheska. Una buena muestra de ello fue el taller de ayer. «Hablamos sobre roles de género, sobre la igualdad. Porque entre la gente joven están volviendo a aparecer roles que pensábamos que habían desaparecido», ratifica Gus.

Las primeras lecciones

Y comienza a impartir su taller. Lo primero que le pregunta a los alumnos es si habían oído antes hablar del Hip-Hop, de si conocen su historia. Poco a poco les va contando las diferentes disciplinas de esta modalidad que existen y cómo este surgió en las comunidades afroamericanas de Nueva York como una forma de hacerse oír, de transmitir sus mensajes. Precisamente, eso, el mensaje, insiste, es lo importante. Entonces pide a los estudiantes que se cambien de sitio, que se alejen de sus amigos y formen un círculo. Pasándose un ovillo de lana unos a otros van tejiendo una complicada tela de araña. «Esta red es la que os sujeta a vosotros, son vuestras relaciones familiares que están ahí para evitar que caigáis. Si alguien suelta uno de los hilos, la red queda floja. Y si alguien la tensa, arrastra también al resto», explica Gus. Y con esta metáfora les da a entender la responsabilidad que ellos tienen en lo que les sucede.

Desde el principio deja a claro a los estudiantes «que ellos son importantes y sus mensajes también lo son», relata. Porque otro de los aspectos que se trata en estos talleres es la autoestima. «Queremos que vean que es responsabilidad suya lo que quieren mostrar de sí mismos a través de la música», añade. Un principio que también se puede aplicar a las redes sociales. «La autoestima hoy en día es muy difícil porque tienen unos modelos de superhéroes y la presión constante por el éxito, por ser el mejor. Y eso daña la autoestima y la imagen personal», argumenta. Su intención es la de ayudarles «a que piensen en cómo quieren ser ellos», afirma. A eso contribuye esta actividad. «No se trata de quienes quieren los demás que sean o quienes deben ser según sus padres. Tienen que ser ellos los que tomen la decisión, y hacerlo desde el punto de vista no del ego, sino de la responsabilidad», explica. Porque ahí viene la segunda parte. «Tienen que preguntarse si quieren ser los que hacen sufrir o los que aportan», afirma. Con ello se les quiere ayudar «a que el día que se sientan presionados para probar las drogas o cualquier otra conducta peligrosa, tengan un contrapunto al que agarrarse», argumenta. El Hip-Hop les habrá dado herramientas para afrontar con más seguridad esa situación.

En la sesión

de ayer la música sirvió para hablar de los roles de género

Hay estudios que dicen que estos talleres mejoran los resultados académicos