Agustín Romero y Vilaxoán registran las mayores infracciones de velocidad

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

La Policía Local de Vilagarcía impulsó 288 sanciones por este motivo el año pasado

07 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta ahora, los controles de velocidad que se han practicado en Vilagarcía seguían dos caminos: el préstamo del radar móvil que la Jefatura Provincial de Tráfico cede periódicamente a los municipios de Pontevedra o el funcionamiento del cinemómetro fijo instalado en la variante sur de la ciudad. Ninguno de ellos concede a la Policía Local la independencia necesaria para desarrollar sus propias campañas en esta materia. Algo que sí conseguirá la adquisición del medidor propio de velocidad que Ravella ha incluido en los presupuestos de este año y se refleja en una partida económica de 18.000 euros. A la espera de que el equipo sea comprado y esté operativo, los agentes confirman que el mapa de las infracciones tiene seis puntos especialmente conflictivos, que a grandes rasgos coinciden con los principales accesos al casco urbano.

La vía que, según la Policía Local, concentra el mayor número de excesos de velocidad es la calle Valentín Viqueira, en Carril, que constituye el acceso norte a la ciudad y concluye en la rotonda de la plaza de A Liberdade. La limitación en este tramo se establece en 50 kilómetros por hora, que son superados en múltiples ocasiones. Este es, pues, el primer punto en el que el conductor debe tener cuidado y levantar el pie del acelerador.

Que la cifra más elevada de sanciones se haya fraguado en Carril no quiere decir que sea allí donde se registran las mayores salvajadas por lo que respecta a las infracciones de esta clase. Los agentes indican que las velocidades más altas detectadas apuntan al acceso sur, en Vilaxoán, concretamente al tramo de la avenida de Vilanova que media entre la rotonda de O Rial y los semáforos de Sobrán. Al igual que en Valentín Viqueira, la limitación se detiene en los 50 kilómetros por hora, que en ocasiones se ve duplicado. Algo parecido sucede en la avenida Agustín Romero, la bajada desde Cornazo, también con 50 kilómetros hora como tope. Completan el mapa la avenida de Rubiáns, partiendo del cementerio municipal en dirección a Pontevedra, y el descenso de la carretera de O Pousadoiro a su paso por Cea, que al menos en sentido ascendente eleva el tope a 70 kilómetros hora.

El sexto punto caliente para el acelerador es la avenida Valle-Inclán, la carretera litoral que une el centro de Vilagarcía y Vilaxoán. Su tramo de mayor carácter urbano, el que discurre entre O Cavadelo y la rotonda de acceso al recinto portuario, está limitado a 30 kilómetros por hora, de acuerdo con las restricciones aplicadas por el gobierno local socialista al entramado urbano de Vilagarcía. A partir de su confluencia con Pablo Picasso, la vía recupera los 50 kilómetros por hora, que vuelven a reducirse al internarse en Vilaxoán.

Aunque sus consecuencias pueden ser mucho más graves, los excesos de velocidad no son, ni de lejos, las infracciones que dan lugar a un mayor número de sanciones en la capital arousana. De acuerdo con el balance del 2017 que ofrece la Policía Local, se llevan la palma los estacionamientos indebidos (3.979 multas de un total de 7.784) y los incumplimientos de la zona azul (1.919). Frente a ellos, la velocidad generó 288 expedientes.

Ravella adquirirá este año un radar móvil con el que desarrollará sus propias campañas

Conducir a 249 kilómetros por hora en la autovía con una limitación de 100

revisando los anales de las barbaridades sobre ruedas perpetradas en Arousa a lo largo de los últimos diez años, uno de los puestos sobresalientes se lo lleva el joven que fue sorprendido a 161 kilómetros por hora en la avenida de O Conde, en O Grove, un viernes de enero del 2012. El chaval pilotaba una Yamaha de gran potencia y alegó, al ser juzgado por un delito contra la seguridad del tráfico, que tenía prisa porque no llegaba a tiempo al trabajo. Eran las siete de la tarde.

Sin llegar a triplicar el tope, como sucedió en el caso de O Grove, también las calles de Vilagarcía han sido escenario de sonadas infracciones. En Carril, por ejemplo, el radar detectó hace tres años y medio a un conductor que, a bordo de su automóvil, superó los 107 kilómetros por hora en Valentín Viqueira. Casi más delito que él tenía el tipo que circulaba a 83 kilómetros por hora por la calle Cervantes, paralela a la anterior pero mucho más estrecha e inmersa en pleno casco urbano. Por las mismas fechas fue denunciado otro sujeto que llevó el velocímetro hasta los 105 kilómetros por hora en la avenida de Vilanova, en Sobradelo.

Más allá de los itinerarios urbanos, tampoco hay duda. Por lo que respecta a la comarca, la mayor salvajada en materia de velocidad se debe al joven de Pontevedra (entonces tenía 21 años) que en el 2009 puso su motocicleta a 249 kilómetros por hora en la Autovía do Salnés, cuando se dirigía a la playa de A Lanzada. Por aquel entonces, la velocidad en este vial se establecía en 100 kilómetros por hora.