Desde el Cemma sostienen que el calentamiento de los océanos ha provocado la llegada de estos mamíferos
07 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los arousanos están acostumbrados a los delfines. A verlos a lo lejos mientras hacen piruetas cuando navegan o a que pasen por debajo de la embarcación mientras pescan. Lo que ya no es tan común en esta ría son las ballenas. Quizás por eso su llegada a finales de este verano causó auténtica sensación. En el Bottlenose Dolphin Research Institute (BDRI) de O Grove, el instituto que se dedica al estudio de la fauna marina, han hecho balance. Y en los meses que se han hecho a la mar a lo largo de este año han realizado 43 avistamientos de grandes ballenas. Ahora, explica su responsable Bruno Díaz, es necesario realizar estudios que ayuden a determinar si la presencia de estos animales en la ría fue algo anecdótico o volverá a repetirse. Una opinión que comparten desde la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma).
Explica Alfredo López, responsable del Cemma, que las ballenas realizan todos los años desplazamientos de norte a sur, buscando aguas cálidas. «O aumento da temperatura nos océanos fai que o ecuador se ensanche e que, se antes baixaban hasta o ecuador, agora xa non o necesitan», argumenta. En su opinión, lo interesante sería estudiar ahora «se isto so foi un fenómeno illado ou se se vai repetir», argumenta. El problema es que su entidad, como otras que se dedican a estas cuestiones, carece de los fondos necesarios para acometer estos estudios. «Poñer unha embarcación no mar é moi caro», insiste.
En el BDRI han comenzado ya a analizar los datos recogidos durante el pasado año. De todos los días que su embarcación salió al mar, consiguió avistar grandes ballenas en 43 ocasiones, se incluyen aquí desde la ballena azul a los rorcuales comunes, unos animales que, en tamaño, son similares a los primeros. «Hubo un pico en estos avistamientos que fue a finales de agosto, pero la pregunta que surge ahora es si estos animales están aquí en un período más concentrado de tiempo o en uno más largo», argumenta Díaz. Porque en invierno, su barco no sale al mar por las condiciones meteorológicas, «pero nos comentan que se siguen avistando rorcuales»,
Lo que tanto el Cemma como el BDRI tienen claro es que las ballenas avistadas no estaban aquí solo de paso. «Pasar pasan sempre por aquí. Este ano se quedaron a comer por iso se viron tan preto da costa», añade López. En el centro grovense han ido un poco más allá y han releído los estudios sobre la caza de ballenas en Arousa. «Coinciden en simetría con nuestras observaciones. El rorcual común es el que más avistamientos concentra», añade Díaz.
Otros cetáceos
Pero en el BDRI no solo han visto ballenas. Sus largas y numerosas jornadas en el mar le han permitido avistar, hasta en más de 200 ocasiones diferentes, los delfines mulares. Otras 75 veces fueron delfines comunes los que se dejaron ver y en 70 ocasiones más se encontraron con marsopas. «Esta es una especie que está en peligro y de la que se ha hecho un plan de conservación», añade Díaz. Estos datos no hacen más que corroborar otro de los argumentos del centro grovense: la espectacular riqueza de la ría de Arousa para el avistamiento de estas especies. Una cuestión que, por ahora, no se puede determinar porque no existen estudios que certifiquen la presencia de estos mamíferos. El BDRI comenzó a realizarlos hace algunos años. Y está dispuesto a seguir aportando su granito de arena. Este año, por ejemplo, van a colaborar con el Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo. Su barco está actualmente en dique seco para poder instalarle un sistema que le permitirá tomar datos oceanográficos de la ría, desde cuál es la salinidad del agua hasta qué tipo de plancton puebla las aguas de Arousa. «Medios hay pocos o no hay, así que colaborar entre nosotros es la mejor manera», explica Díaz. Quizás sus datos nos ayuden a saber en el futuro por qué las ballenas han decidido volver a comer tan cerca de nuestra costa.
Insisten en la necesidad de estudiar la presencia de estos animales
Apadrinar a un delfín para colaborar con el instituto grovense
El BDRI ha puesto en marcha una campaña para recaudar fondos que ayuden a sufragar las investigaciones que desde su base de O Grove llevan a cabo. Su labor se financia, básicamente, con lo que aportan los estudiantes de todo el mundo que cada año se desplazan a la localidad para recibir formación en este centro. Pero precisan de más colaboración. De ahí que ofrezcan a todos los interesados la posibilidad de adoptar uno de los delfines. «Es una aportación simbólica y, a cambio, la persona recibe información sobre uno de los ejemplares que tenemos identificados», añade Díaz.
Uno de los ejemplares venía de Azores y otro no estaba catalogado
Los técnicos del BDRI pudieron catalogar y hacer fotografías detalladas de dos de las grandes ballenas que este año visitaron las aguas de Arousa. Eso les permitió poder compararlas con los ejemplares catalogados a nivel internacional y descubrir parte de la historia de estos animales. El primero de ellos en ser avistado, por ejemplo, «era desconocido para todo el mundo, lo que quiere decir que probablemente cubre rutas en las que no hay grupos de estudio», explica Díaz. El otro, en cambio, venía desde las Azores. «Estaba migrando hacia el norte y se pasó aquí una buena temporada, porque fue el que vimos en varias ocasiones», concluye el responsable del BDRI.