Rescatan a dos delfines que pasaron nueve horas atrapados en la ensenada de A Toxa

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

CEDIDA

Los voluntarios tuvieron que acorralarlos para liberarlos

23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha vuelto a pasar. Dos delfines quedaron ayer atrapados en la ensenada de A Toxa cuando bajó la marea. Los animales, una madre y su cría, tuvieron en vilo durante toda la jornada a los responsables de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA) y del BDRI, el centro de estudios que hay en la localidad meca. Porque estaban en una poza de dos metros de profundidad. «Cando os atopamos a marea estaba subindo e decidimos non intentar nada, pero non saíron», explican desde esta organización. A las nueve de la noche, cuando la marea bajó, los voluntarios de ambas organizaciones formaron una cadena humana, los acorralaron y los ayudaron a pasar al otro lado del puente.

El rescate no fue tarea sencilla. La hembra medía 3,13 metros y pesaba 350 kilos, mientras que su cría medía más de dos metros. «Fomos levándoos a onde non había auga. A nai tentou romper o cerco e tivemos que collela coma a un cabalo. Foi un pouco violento porque tivemos que arrinconalos», explican en el CEMMA. Reconoce que los animales no pasaron un buen trago, «e a femia púxose un pouco violenta». Pero entre los voluntarios de ambas organizaciones pudieron cogerlos, subirlos a las camillas y trasladarlos al otro lado del puente de A Toxa. Esta medida se tomó después de que los delfines llevaran más de nueve horas atrapados en la ensenada de A Toxa. Al principio, los animales quedaron atrapados en una poza de agua de dos metros de profundidad y resultaba imposible acceder a ellos. Ni siquiera, utilizando una embarcación.

Hace 70 años los grovenses cazaban a los animales varados

Jesús García Acevedo lleva toda su vida veraneando en la localidad de O Grove con su familia. Aunque tiene 77 años su memoria es prodigiosa y recuerda perfectamente como hace ahora 72 años un delfín varó también en la ensenada de A Toxa. «Yo tenía cinco años y entonces debían estar construyendo el malecón porque me acuerdo que estábamos sobre un soporte de madera, ya que mi madre nos decía que tuviéramos cuidado, que la barandilla podía ceder», explica. Allí, en ese improvisado espacio, pudo ver como en lugar de ayudar al animal, los grovenses se lanzaron a su caza y captura.

«Eran otros tiempos», explica este vecino de Salamanca que sigue siendo un incondicional de la localidad meca. «Entonces, al delfín se lo cargaban. Recuerdo a los pescadores en sus barcas con arpones, sacrificar al animal y llevárselo para casa», explica. La escena se le quedó grabada. «Yo fui testigo. La sangre del cetáceo cubría toda la orilla, por es que entonces las circunstancias eran diferentes», relata.

La situación ha cambiado mucho en los últimos años. De hecho, cada vez que un delfín queda atrapado en las inmediaciones del puente de A Toxa los grovenses se vuelcan en ayudarlo. Ayer, por ejemplo, con el CEMMA colaboraron desde operarios de la cofradía de O Grove hasta los efectivos del grupo de emergencias de la localidad.