Revolución en la red viaria provincial

ch. c. PONTEVEDRA / LA VOZ

O GROVE

DIPUTACION PONTEVEDRA

Un plan de 22 millones busca adaptar las carreteras al nuevo criterio de movilidad

15 jun 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

Es de las redes de carreteras más extensas de cuantas gestionan diputaciones provinciales en España. La red viaria provincial de Pontevedra suma mil ochocientos kilómetros y la Diputación se propone hacer una revolución en ella en los próximos dos años a golpe de una inversión de 22 millones de euros.

Lo anunció ayer la presidenta, Carmela Silva, acompañada del vicepresidente, César Mosquera, y el diputado de Mobilidade, Uxío Benítez. Se trata de un cambio total en los criterios de toma de decisiones sobre las carreteras provinciales. Primará la seguridad de los peatones y ciclistas, luego el transporte público y por último los vehículos privados. Aunque en la planificación global alcanza hasta el 2020, en estos momentos están en fase de contratación cinco proyectos de mejora de intersecciones, el acceso a Príncipe Felipe, y otros seis proyectos de rehabilitaciones estructurales de firme, así como -en diferentes estados de tramitación- 14 proyectos de mejora de «medio ambiente urbán e calidade de vida». Se trata de los de Tui, Tomiño, Baiona, O Grove y Mos, que irán ya a la junta de gobierno de este viernes, así como dos grandes proyectos de nuevos viales de conexión y otro de accesibilidad. En total suman 29 actuaciones que se distribuyen entre 20 ayuntamientos de la provincia. Todo ello «se concreta nunha Estratexia de Mobilidade 3.0 que pensa, por riba de todo, nas persoas» y «sempre as actuacións responden as solicitudes dos propios concellos», destacó Carmela Silva, tras la presentación del plan por parte del diputado Benítez.

César Mosquera, el vicepresidente, enfatizó que la tramitación se ha hecho bajo un diseño global. «Foi un traballo durísimo, xordo, e ás veces aguantando críticas totalmente inxustas dos mesmos que funcionaban de xeito absolutamente irregular, por tildalo de maneira suave, aguantando cun obxectivo moi claro que é sacar adiante un novo modelo de mobilidade e unha nova maneira de funcionar». «Podemos dicir -concluyó Mosquera- que as actuacións desta casa nas estradas provinciais cambiaron radicalmente e para sempre. O anterior era realmente inaguantable e insostible. Esa fase está superada para ben».

Esta revolución en los procedimientos busca no solo cambiar las fórmulas administrativas a las que se refirió César Mosquera, sino también afianzar un modelo de movilidad que prime, al menos en las zonas pobladas que atraviesa esa inmensa red provincial de carreteras, a los peatones. También aboga por eliminar barreras arquitectónicas y todo ello de la mano de los concellos y de la participación social, con la creación de mesas de trabajo con colegios profesionales, colectivos ciclistas, así como una mayor investigación a través de foros por la movilidad y observatorios en los que se pretende implicar a la Universidad.