La Figueira do Meco, un poco más cerca de tener descendencia

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

MARUXA ALFONSO

Las estacas extraídas del histórico árbol ya están echando raíces y pronto serán trasplantadas

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Asoma entre dos rocas, en un rincón imposible de A Siradella. La Figueira do Meco sigue brotando en medio de ese mar pétreo con la misma decisión con la que, cuenta la tradición, los grovenses dieron muerte al cacique que les amargaba la existencia. El ejemplar que ahora se puede ver en el monte tiene unos ochenta años de vida. Dicen los que saben de esto, que pueden quedarle aún entre diez y veinte más. Pero la biología es como es, y su dictado es inapelable. La higuera que hoy conocemos acabará muriendo. Para evitar que con ella se extinga un linaje antiquísimo, se ha puesto en marcha un proyecto de clonación. Se encargan de él técnicos de la estación de Areeiro, dependiente de la Diputación de Pontevedra. En el mes de febrero acudieron a O Grove y, con cuidado, retiraron «material vexetativo». Estacas que se han plantado y que a estas alturas «xa están enraizadas e nas vindeiras semanas procederase ao seu transplante», según explicaron los técnicos que siguen de cerca un proceso que la comunidad de montes de San Martiño llevaba reclamando desde 2014. Lo consideraban imprescindible para garantizar la continuidad de la higuera más famosa de toda Galicia, incluida en el catálogo de «árbores senlleiras» de la Xunta.

Fue su gran valor simbólico, histórico y natural lo empujó a los comuneros -entonces presididos por Francisco Meis- a reclamar la ayuda del Concello y pelear para lograr clonar un elemento vivo de la historia local. El 20 de febrero, técnicos de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro se desplazaron al monte Siradella para tomar muestras del viejo ejemplar. Aquella fecha fue elegida con cuidado: el trabajo tenía que hacerse fuera de la época de reproducción y cría de especies animales y también fuera de los momentos de floración.

Febrero cumplió esos requisitos y permitió extraer varias estacas de un árbol que está muy expuesto a las inclemencias del tiempo, tanto que hasta los técnicos de Areeiro se sorprendieron «de que brote». Ahora, aquellas estacas están a punto de ser trasplantadas, y será en ese momento cuando se sepa qué posibilidades hay de que algunas de ellas vayan adelante. La intención es que al menos tres lo hagan: una se plantaría en Siradella y otras dos en O Corgo, para que cuenten a todo el mundo su historia.