Esperando un cazatalentos a los cincuenta

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

O GROVE

Martina Miser

Su canción dedicada a los gorrillas de «Land Rober» le cambió la vida y ahora su sueño es grabar un disco

12 ene 2017 . Actualizado a las 08:09 h.

Siempre le gustó la música pero la vida le llevó por otros derroteros. Siendo un chaval se escapaba siempre que podía a la zapatería del señor Pepe Silva, donde, además de reponer suelas, se enseñaba solfeo y a tocar varios instrumentos. «A metade dos músicos do Grove aprenderon alí», relata Luis Muñiz. Él aprendió menos de lo que hubiera querido, pero aquellas clases apoyado en el mostrador y su buen oído hicieron el resto.

Partiendo de su autodidactismo, lleva sacando acordes de su guitarra desde hace décadas, fuera en los carnavales del pueblo, en las fiestas familiares o en festivales benéficos. No fue hasta hace ocho años cuando se lanzó a componer y la pasada primavera, al filo de los cincuenta años, por fin le llegó el éxito. «Nunca pensei que algún día ían chamarme da televisión». Se refiere al programa Land Rober, de la gallega, donde triunfó con su canción dedicada a los gorrillas. Roberto Vilar lazó por la pantalla el órdago de que sería bueno que el dúo que forman él y Touriñán tuviera su canción, y Luis Muñiz tomó nota.

Se sentó en ese sofá que tanto le inspira y Hay que ser legales acabó sonando en el plató y en Youtube. «De ter mil amigos en Facebook pasei a ter dous miles e cando vou pola rúa, si, hai xente que che di aquilo de ‘¿ti es o de Land Rober non?’».

No obstante, en su tierra, O Grove, ya lo conocían de antes. ¿Quién no ha pasado por el quiosco de Isaías en O Corgo? Muñiz ha heredado el puesto de las pipas y de los helados que fuera de su padre y donde su madre, Divina, ha hecho escuela, y allí sigue. Porque la música, de momento no le da más que gastos. Su alta en la Sociedad General de Autores y Editores todavía no le reporta ingresos suficientes ni para las maquetas «pero como non fumo, nin bebo nin gasto noutra cousa, o que aforro vai para a miña música».

Por ahora debe conformarse con grabar sus temas en el estudio de su amigo Quico Bea, que además le hace los arreglos musicales, pero su sueño es grabar un disco. Sabe que es una meta difícil, máxime a su edad, pero, si el Fary lo consiguió ¿por qué no lo puede conseguir él?, pregunta Muñiz. «Tería que aparecer un cazatalentos que me axudara porque agora estou só». Y por si no llega ese golpe de suerte, Luis sigue explorando las vías que le ofrece Internet.

Las redes sociales han abierto un mundo de posibilidades para los artistas que tratan de hacerse un hueco en el mundillo musical y Muñiz ya ha conseguido su pequeño trozo de la tarta. La canción de los gorrillas supera las cien mil visualizaciones, según los cálculos del autor, y el villancico que grabó estas Navidades va ya por las diecisiete mil, eso sin el soporte que supone la televisión. Chegou o Nadal la compuso para un concurso de la TVG; no ganó, pero ha logrado una gran difusión en la red gracias, de nuevo, a los amigos, que actúan de entusiastas altavoces, y a Virvi Fraga, que le echó una mano con el vídeo.

A Luis Muñiz le gusta la fiesta y su mayor éxito le llegó con una canción desenfadada, pero cultiva otros estilos. Entre sus composiciones caben desde una balada, La soledad, a un reguetón como Te amaré. Versiona a Roberto Carlos poniendo la voz de Roberto Carlos y le encanta el rock, no en vano su ídolo es Rod Stewart.

En menos de un año su vida ha dado un vuelco. «Pasou todo tan rápido...», reflexiona. Su amor por la música siempre ha estado ahí pero su aparición en Land Rober ha sido un acicate para coger la guitarra y tratar de alumbrar nuevas melodías. «Compoñer non é nada doado, unha soa estrofa de Chegou o Nadal levoume unha hora». Pero ahora tiene tiempo. El negocio en el quiosco decae en invierno de modo que Luis se ha tomado unos meses de descanso a la espera de que los turistas vuelvan a llenar la plaza de O Corgo.

Lo que no pudo hacer de chico «porque nacín nunha familia humilde e daquela non se podía ir aos conservatorios», apunta el grovense, está experimentándolo ahora gracias a su empeño y a su éxito televisivo.

Luis hizo un poco de todo; empezó a trabajar a los catorce años cobrando las facturas de Noya, colocó antenas, fue albañil, pero siempre que podía se colaba entre bastidores, aunque fuera como técnico de sonido y de luces para la orquesta de su compadre, la Play Boy. Estuvo en Alemania, volvió a O Grove y, cosas de familia, acabó viviendo en Cambados, donde Muñiz Domínguez tiene un fiel club de fans. ¿El futuro?, no se sabe, pero la música que no falte.