Unos aprendices de Reyes Magos en O Grove

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MARUXA ALFONSO

A Sus Majestades les ha salido competencia y tres jóvenes regalarán golosinas a los pequeños el día 5 de enero

29 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A los Reyes Magos les ha salido competencia en O Grove. Y de mucho menor edad. Manuel, Noelia y Mariola son tres jóvenes de la localidad meca que rondan los 24 años y que han decidido, de motu propio, ayudar a Sus Majestades con el reparto de caramelos. Todo surgió a raíz de la polémica que se montó en esta localidad cuando el Concello anunció que este año no iba a comprar dulces para la tradicional cabalgata. Que le parecía demasiado gastarse 2.600 euros adquiriendo una tonelada de golosinas, cuando la mayoría quedaban tiradas en el suelo o había que almacenarlas en las dependencias municipales. No implicaba esto que no fuera a haber caramelos para los más pequeños, sino que estos se iban a limitar a los que donaran entidades comerciales, que ya eran suficientes. La medida despertó un aluvión de críticas en las redes sociales y dio a Manuel el impulso necesario para sacar adelante una idea a la que llevaba tiempo dándole vueltas. «Eu xa tiña ganas de facer algo polo Nadal e cando vin que todos criticaban pero que ninguén facía nada pensei, pois voulle facer un detalle aos meniños», explica. Ya ha logrado implicar a su pareja, Noelia, y a su amiga, Mariola. También al propietario de TNT, una discoteca de la localidad, «que me chamou para ofrecerme caramelos», añade.

Lo suyo no es una crítica. Ni mucho menos. Es querer echar una mano, simplemente. Es eso que algunos llaman espíritu navideño y que estos tres jóvenes grovenses han decidido llevar a la práctica. «Tamén pensei en cambiar cafés por agasallos para despois levarllos a Cáritas, pero o Nadal xa pasou e non me dou tempo», añade. Manuel trabaja en el bar de su padre. Él y Noelia fueron padres por primera vez hace seis meses. Quizás por eso están más sensibilizados con la ilusión de los pequeños. También Mariola tiene un bebé. Así que cuando su amigo le contó lo que iba a hacer, le ofreció todo su apoyo sin dudarlo. «Xa me tiña comentado que quería facer algo, así que cando vin que se decidía, non dubidei», explica.

Su idea es la de instalar una mesa en la zona de O Corgo para que, al rematar la cabalgata que se celebrará en la localidad el próximo día 5, los más pequeños puedan pasarse por allí y recoger un pequeño regalo. Todo, absolutamente todo, lo pagarán de su bolsillo. Ya tiene los dulces encargados. «Onte chegaron as gominolas e o venres teremos os gusanitos», relata. A partir de ahí, «teremos que poñernos a facer bolsiñas». Una tarea que no resultará sencilla, porque tienen previsto hacer medio millar de estos regalos. «Esperemos que sexan suficientes ¿cantos meniños van á cabalgata?», pregunta. Es la primera vez que hace algo parecido. Pero lo tienen todo pensado. «Queremos poñer unha mesa onde non moleste e faremos uns carteis nos que poña algo que os cativos entendan, como ‘ven a coller o teu regalo’», añade. Irán también ataviados para la ocasión, «levaremos uns gorros, unhas coroas ou algo así», añade Mariola.

Su iniciativa está obteniendo el respaldo de los vecinos de la localidad. En las redes sociales no paran de llegarle felicitaciones por su iniciativa. «Estou flipando. Todo o mundo di que é un xesto admirable», relata. No se esperaba esa reacción, ni de lejos. «Non pensei que ía ter tanta repercusión. Nunca na vida tivera tantos comentarios nunha foto de Facebook», explica Manuel.

Esta es la primera vez que protagonizará una experiencia de estas características. Y asegura que su mejor regalo será el de «darlle as bolsas aos meniños e ver as súas caras de felicidade», explica. Porque de eso se trata todo esto, en realidad, de que la ilusión de los pequeños sea la máxima posible. Aunque para ello sea necesario rascarse el bolsillo y pasarse horas llenando bolsitas de gominolas, caramelos, gusanitos y globos, entre otras cosas. «Entre o traballo, a meniña e a mudanza, terei que aproveitar calquer oco que quede libre para facer as bolsiñas», añade. Cuenta con ayuda. La de Noelia y la de Mariola, además de la de su familia. Y la de todo aquel que quiera echar una mano y demostrar que el espíritu navideño todavía existe. La recompensa será ver la sonrisa de los más pequeños cuando reciban su regalo.