Los delfines temen al puente de A Toxa

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

CEDIDA

El Cemma sostiene que no lo cruzan porque no lo identifican como un paso seguro

20 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se acercan al puente de A Toxa los delfines concluyen que se encuentran ante un muro insalvable. Esta es al menos la explicación que los responsables del Centro de Estudo de Mamíferos Mariños (Cemma) dan de por qué es frecuente que estos animales queden atrapados en este entorno. Sostienen que los delfines no cruzan el puente porque consideran que están ante algo sólido, que no pueden atravesar. Y eso fue lo que le sucedió hace ahora una semana a una pareja de ejemplares que tuvieron que ser rescatados por los responsables del Cemma y por vecinos de O Grove.

La afirmación de que los delfines no cruzan el puente no es de ahora. Explican en este centro de investigación que la vía que une la isla de A Toxa con el resto del municipio fue construida a principios del siglo XX y que los vecinos de la zona recuerdan que, ya entonces, los animales no se atrevían a pasar por debajo de su sombra. Es más, muchos se quedaban allí atrapados y eran pescados por los grovenses, que obtenían de ellos carne y grasa.

Poco ancho y alto

A día de hoy, concluyen los investigadores, los animales siguen sin cruzar esta infraestructura. Llegan hasta su base dando la vuelta a la isla de A Toxa y arrastrados por la corriente. Pero, una vez allí, dan vuelta y no cruzan. Uno de los motivos podría estar en el ancho y la altura de los pilares. Estos están situados a una distancia de entre seis y ocho metros y tienen una altura de otros seis, de los cuales solo tres o cuatro quedan cubiertos por la marea. Todo parece indicar, añaden en el Cemma, que este es un espacio insuficiente para que los delfines puedan identificarlo como un paso seguro. «A realidade é que para eles hai un muro insalvable, algo sólido que non poden atravesar», argumentan los investigadores. Tienen más pruebas. En el año 2002 dos ejemplares se quedaron cuatro días nadando frente al puente. Se trato entonces de acorralarlos contra el mismo, utilizando varios embarcaciones, para animarlos a que cruzaran. Fue imposible, relatan en esta entidad. Los animales daban vuelta bajo los barcos y volvían a su posición inicial. Al final, fue preciso cogerlos y sacarlos de allí. Lo mismo que hubo que hacer con la pareja que se quedó atrapada la pasada semana. Entonces, fue preciso utilizar unas camillas para ayudarlos a que regresaran a mar abierto.

Otras razones

En el Cemma presentan también otros argumentos para explicar la presencia de estos delfines en este entorno. Afirman que la ensenada de O Bao es una zona de escasa pendiente y poco profunda que desagua en dirección norte. «Os fondos mariños con estas características denomínanse trampas de cetáceos porque os animais tenden a quedar varados a causa da confusa información acústica que reciben», añaden. La baja mar cae por la pendiente y eso les permite identificarla y dar vuelta para evitar quedar varados en la playa. Pero si el fondo es llano, como sucede en este entorno, el animal no sabe a dónde debe dirigirse y opta por dejarse llevar por la corriente. En ese espacio, la corriente los conduce hacia la isla de A Toxa y, por su lado izquierdo, pasa por debajo del mencionado puente. Hacia allí son conducidos los animales que, una vez ven esta infraestructura, quedan atrapados al no atreverse a cruzarla.