Fla-Meco o cuando O Grove toca rumbilla

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

De izquierda a derecha Andrés Ervés, Miguel Cabecho, Monchiño Fraga y Xabier Rodríguez, integrantes del grupo.
De izquierda a derecha Andrés Ervés, Miguel Cabecho, Monchiño Fraga y Xabier Rodríguez, integrantes del grupo. mónica irago< / span>

Cuatro grovenses han convertido su pasión por esta música un grupo que triunfa en pequeños escenarios

21 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Andrés es un fanático del flamenco. Presume de haber visto en directo a Paco de Lucía o al Cigala. «El vai adonde haxa un concerto porque lle gusta», añade Monchiño, su amigo. Pero no solo le gusta escucharlo. También le encanta cantarlo y no era raro, hace unos años, oírlo improvisar en los bares, una tradición muy de O Grove. «Vimos que á xente lle gustaba e lle chamaba moito a atención», sostiene. Así que un buen día estos dos amigos hablaron con Xabier Rodríguez y decidieron hacer una versión más profesional de esta pasión. Ahí nació Fla-Meco, un perfecto juego de palabras entre el cante y el origen de los integrantes del grupo, que son todos mecos. Llevan solo tres años y, a lo largo de este último, se han recorrido casi toda la comarca arousana actuando en bares. Ahora, aspiran a grabar un disco de versiones y su propio vídeo.

Monchiño es el profesional del grupo. Es músico en la orquesta Costa Oeste. Él es el que se encarga de hacer los arreglos en las versiones de grandes artistas que hace Fla-Meco. Con Ketama, Triana, O Barrio y hasta con los boleros de Los Panchos, pero en versión flamenca, se atreven estos grovenses. «Á xente gústalle moito o que facemos. É unha cousa diferente, con arreglos», explica. Músico es también el último en llegar, Miguel Cabecho. Y Xavier Rodríguez, que lleva toda su vida ligado a la música tradicional en Cantodorxo, con la gaita y con la percusión. Andrés, en cambio, es taxista.

Lo suyo es, por ahora, una afición. «Estamos tendo moi boa acollida e onde imos, enchemos», relata el cantante. No es fácil hacerse un hueco en los escenarios de la comarca, pero ellos juegan con ventaja. «Por aquí todo o mundo fai rock and roll, rumba non facía ninguén», añade Monchiño. Su éxito les ha llevado a tener que renovar el material, «tivemos que comprar equipo novo e unha furgoneta para movernos», relatan. Y con sus guitarras y sus cajones han conquistado a su público. Se atreven con Rosario Flores y con Camarón, «pero sempre levado á rumbilla, que o flamenco ten moita complicación. Para iso precisas uns guitarristas moi potentes», reconocen.

Sus escenarios se ubican en los bares, pubs y cafeterías de la comarca. También han actuado para el Concello, «na Festa do Marisco». Están abiertos, incluso, a otro tipo eventos. «Se nos chaman, imos e non cobramos moito», bromea Andrés. Y es que el grupo se lo han tomado como un hobby más. Como una forma de disfrutar de la música que les gusta, pero solo en invierno. Porque en verano sus respectivos trabajos les impiden prestar atención a Fla-Meco. Los fines de semana los músicos se van con sus orquestas. Y entre semana es raro que les aparezcan actuaciones.

Ensayos diarios

Sus ensayos son diarios. O Casi. «Ensaiamos cando podemos os catro, pero é case todos os días unha hora ou media hora. Para que saia ben hai que traballar», explica Andrés. «Tentamos non perder o fío e renovar o repertorio, pero o tempo que adicamos a ensaiar non é moito», añade Monchiño. Como profesional de la música sabe bien lo que es un ensayo en condiciones, de esos que duran todo el día. Sobre todo, se esfuerzan por renovar constantemente su repertorio. «A xente que nos ven ver é sempre a mesma e por iso sempre tratamos de ter temas novos», añade Andrés. Entre sus fans hay gente de todas las edades. Y entre los temas que más les piden están Contigo aprendí, uno de los boleros de Los Panchos. O el A mi manera.

Están seguros de su que su éxito radica en el tipo de música que tocan. Pero también, «en que sonamos ben». «Facemos o que non fai ninguén. Camela ou Os Chunguitos non nos gustan. Facemos outras cousas máis complicadas e ben feitas», presume Monchiño. Esa combinación les permite llenar todos los locales por los que pasan. «No último a xente quedou fora», recuerda Andrés. Ahora, quieren extender su ámbito de acción. «Non somos moi ambiciosos, estamos intentando movernos para a zona de Ribeira e tamén por Pontevedra. Aí ten que haber sitios de sobra para poder tocar», añade Monchiño. Lo que está claro es que, allí donde actúan «pídenos que repitamos». Y tienen sus fans. «Temos dez ou quince seguidores que veñen a todos lados», presumen. Otro de sus objetivos es el de grabar su propio disco, «con versións, que nós non facemos temas propios». Y también hacer un vídeo musical. «O día 30 tocamos no Tinta Negra, en Combarro, e pon aí que este fin de semana estamos libres, por si acaso». Pues ya saben.

El primero de ellos es el cantante y, el segundo, el bajista. Empezaron cantando en los bares y, al final, optaron por formar el grupo.

La percusión es la tarea del primero de ellos, mientras que el segundo es la última incorporación al grupo y se ocupa de la guitarra.