El Concello encarga un informe sobre el coste de retirar los semáforos

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

La empresa ha conectado de nuevo los semáforos, pero el sistema no gusta al nuevo alcalde.
La empresa ha conectado de nuevo los semáforos, pero el sistema no gusta al nuevo alcalde. m.a.< / span>

Cacabelos comunicó a la empresa su rechazo al sistema de control

08 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de O Grove, Jose Cacabelos, se reunió ayer con la empresa que gestiona los semáforos de velocidad y los radares que hay instalados en el municipio con un objetivo claro: mostrarle su rechazo a todo el sistema y negociar su retirada. Una medida que la compañía no parece muy dispuesta a aceptar. «La empresa nos dice que ella tiene que sacar rentabilidad económica», explica. Serán los asesores jurídicos de las dos partes implicadas en este contrato los que ahora deban determinar el coste que le supondrá a las arcas municipales apagar estos polémicos semáforos.

Tanto el secretario municipal como los abogados de la firma revisarán en detalle los contratos que en su día firmó el Concello. Con ello esperan determinar el coste que tendría la retirada del sistema de semáforos, que tan poco gustan a los grovenses. El nuevo alcalde lo tiene claro: su prioridad será lograr un acuerdo para poder apagar definitivamente este sistema de control. «Tenemos un compromiso con los vecinos», recuerda.

Pero el regidor está también estudiando otras alternativas, por si el coste de retirar todo el sistema supone un desembolso demasiado elevado para las arcas municipales. Una propuesta que también se quedó en debatir es la de variar la ubicación de los semáforos. «Tampoco eso parece que le guste mucho a la empresa», asegura el regidor. Y es que durante el encuentro esta le explicó que cambiar de sitio este sistema no es sencillo, pues solo se puede instalar en determinadas vías y tras contar con los pertinentes informes de tráfico.

A pesar de todos estos inconvenientes, Cacabelos asegura que el Concello tomará alguna medida al respecto. Y es que su equipo no es nada partidario de este sistema y así se lo hizo ver ayer a la empresa encargada de gestionarlo. A esta firma ha abierto la comisión de gobierno un expediente, después de detectar irregularidades en el funcionamiento del semáforo ubicado en Xoán XXIII. Fue durante el pasado fin de semana cuando los vecinos se quejaron de que este se había vuelto loco y se ponía en rojo sin motivo alguno. Ahora, la empresa también tendrá que explicar al gobierno local qué motivó esa avería y darle garantías de que esta no volverá a repetirse. Ambas partes mantendrán un nuevo encuentro para acercar posturas a lo largo de la próxima semana.

El regidor propondrá también cambiar la ubicación de la señalización