Meis cocina 2,5 toneladas de callos para servir mañana en la fiesta

Bea Costa
bea costa MEIS / LA VOZ

MEIS

MARTINA MISER

Carmen Cochón vuelve a ponerse al frente de los fogones, y van 21 años

09 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El olor y los vapores que emanan de una olla de callos se adueñarán esta tarde del pabellón de Mosteiro (Meis). Hay que preparar dos toneladas y media de garbanzos con carne, y la cocina del colegio hace años que se quedó pequeña para abordar semejante empresa. María del Carmen Cochón vuelve a ponerse al frente de los fogones esta tarde, a partir de las cinco, para abordar una jornada maratoniana que se prolongará hasta el mediodía del domingo.

En la despensa están preparados ya todos los ingredientes: 600 kilos de garbanzos, 30 litros de aceite, 8,7 kilos de pimiento dulce y picante, tres botes de comino, cuatro kilos de ajos, tres sacos de cebollas, harina y más de mil kilos de carne (pata y vientre de ternera y de cerdo, chorizos y panceta).

La tarea de preparar seis mil raciones de callos no deja mucho tiempo para dormir, de modo que a ella y a sus tres colaboradores más directos, en las fiestas de San Benito de Meis les toca trasnochar, y no precisamente para ir de juerga. No la coge de nuevas. Carmen lleva 21 años haciéndolo y ya va pidiendo el relevo. Entre tanto, este año la alcaldesa Marta Giráldez logró convencerla, de modo que allí estará, en Mosteiro, alimentando a los miles de comensales que se acercarán el domingo en busca de su ración.

Siempre se agotan, y es que los callos no solo se consumen en el recinto de la fiesta (Campo da Feira). Son muchos los vecinos de Meis y de municipios próximos los que se acercan con sus cazuelas para llevárselos a casa y comerlos en familia. Que se anuncie un fin de semana de calor no debería ser un problema —«xa se teñen comido os callos a 35 graos», señala Carmen—, y teniendo en cuenta el hambre atrasada de fiesta que dejó la pandemia, todo apunta a que las existencia volverán agotarse en esta trigésima edición.

La ración se vende a siete euros e incluye la cazuela de barro. Quienes quieran disfrutar de los callos en compañía, tienen posibilidad de reservar una mesa para catorce comensales por 125 euros llamando con antelación al teléfono 671 677 687.