Vacaciones lejos del mundanal ruido

Rosa Estévez
rosa estévez MEIS / LA VOZ

MEIS

Martina Miser

La comunidad recibirá en julio a quienes quieran compartir tres días de su vida en el monasterio de A Armenteira

03 jun 2022 . Actualizado a las 21:37 h.

La vida se nos ha llenado de tantos quehaceres, de tantas exigencias, de tantas expectativas por cumplir, que a veces nos perdemos. Llega un momento en el que parece que nos movemos sin ton ni son, intentando seguir un ritmo acelerado que apenas nos permite escuchar nada, ni siquiera nuestros pensamientos. Hay demasiado ruido. Por eso, un poco de silencio y de sosiego se nos puede antojar un lujo. Las nueve hermanas que viven en el Monasterio de Armenteira (Meis) gozan de esa tranquilidad que da ponerse un poco —solo un poco— al margen del mundanal ruido. Tras los gruesos muros de piedra, la comunidad de religiosas vive su vida en paz, y están dispuestas a compartir esa paz con quien la necesite.

«Si buscas la paz, corre tras ella y vente a la hospedería de nuestro monasterio durante tres días a vivir de cerca el espíritu monástico. Tendrás la oportunidad de conocer el ora et labora de San Benito, desde la experiencia de nuestra comunidad», dice la entrada que, al respecto de este asunto, han colgado en su página web. Quienes participen, deberán dar un frenazo para «seguir el ritmo de la comunidad, orar y trabajar con nosotras», explica la hermana Paula. «Normalmente, intentamos buscar tareas que se desarrollen al aire libre», cuenta esta mujer, que incluso sonríe con la voz. En las anteriores ediciones de estas jornadas monásticas, «como se desarrollaban en agosto, teníamos mucho trabajo limpiando los camelios». Pero este año las jornadas se han tenido que adelantar al mes de julio —se desarrollarán del 7 al 10—, así que habrá que adaptarse a lo que el calendario del huerto y de los trabajos del monasterio —aquí también se fabrican jabones— marquen para entonces. No faltarán cosas que hacer: la vida monacal es pausada, pero no tiene pausa.

Además de trabajar con las hermanas, quienes decidan compartir tres días de vida monástica participarán en una serie de charlas, en momentos de oración silenciosa y tendrán la oportunidad de «asistir a la liturgia de las hermanas». «No pedimos ningún carné de creyente», explica Paula, aunque reconoce que dado el componente religioso es importante «tener un cierto conocimiento» de la fe y los ritos de la iglesia católica, «si no pueden sentirse un poco perdidas».

Las jornadas monásticas están abiertas tanto a mujeres como a hombres. Y cualquier edad es buena para participar en esta actividad. Por la experiencia acumulada por la hermana Paula en ediciones anteriores, es gente entre los 40 y los 50 años la que predomina en estos encuentros, dirigidos siempre a grupos reducidos. «Viene gente de muchos lugares. De Canarias, de Portugal, de Madrid, de Barcelona», relata.

El programa de estas jornadas arranca el jueves 7 de julio, a las seis de la tarde, hora a la que llegan quienes durante unos días formarán parte de la comunidad. Finalizará la actividad el domingo, también a las seis de la tarde. Esos tres días de vida monástica costarán 150 euros, de los que 50 deben ingresarse en concepto de reserva de plaza. Además, es necesario presentar el certificado de vacunación contra el covid o un test de antígenos negativo y reciente.