El bollo de San Gregorio con sus 850 huevos, del horno a las casas

Bea Costa
Bea Costa MEIS

MEIS

Martina Miser

El reparto se realizó esta mañana en Meis, junto a los lotes de comida del banco de alimentos del Concello

19 abr 2020 . Actualizado a las 13:54 h.

El bollo de San Gregorio ya está repartido por una veintena de casas de Meis. El pan de 1,30 por 2,30 metros con sus 850 huevos salió del horno ayer a las ocho de la tarde y a las diez de esta mañana estaba ya troceado en porciones para ser distribuido por el municipio. Lo normal sería degustarlo en la romería que cada año se celebra en Paradela después de sacar a San Gregorio y al bollo en procesión, pero el coronavirus aguó la fiesta. En todo caso, no faltó el bollo, aunque más pequeño, —habitualmente lleva unos 6.000 huevos—, ni el santo, cuya imagen en miniatura le fue entregada a la alcaldesa, Marta Giráldez, de manos del presidente de la asociación de San Gregorio y panadero de cabecera de la fiesta, Fernando Silva.

«Foi un momento moi bonito», señala la regidora, que el sábado por la tarde asistió en directo a la elaboración del bollo gigante y hoy conformó uno de los tres grupos que organizó el Concello para realizar el reparto, puerta a puerta. No había bollo para todos, de manera que se dio prioridad a las familias que están pasando apuros económicos. El pan de San Gregorio fue un buen pretexto para realizar, de paso, la entrega de los primeros lotes de comida y de productos de higiene que se recogieron gracias al banco de alimentos que puso en marcha el Ayuntamiento a propósito de la crisis del COVID-19.

Los carros que se dispusieron en las tiendas y supermercados se llenaron con arroz, con lentejas, con papel higiénico... y, a mayores, hubo asociaciones que entregaron comida y dinero para contribuir a la causa, lo cual permitió completar los paquetes con, por ejemplo, productos para bebés. Marta Giráldez no podía hoy menos que agradecer estas muestras de solidaridad que, en su opinión, «demostra que a xente de Meis é xenerosa».

Los carros seguirán en los establecimientos de alimentación hasta que, como mínimo, se levante el estado de alarma, aunque la sangría económica de esta crisis se alargará y, posiblemente, el banco solidario se mantendrá operativo durante un tiempo para atender las necesidades más urgentes de aquellas familias que lo están pasando peor.

En el reparto de esta mañana participaron, además de la alcaldesa y varias concejalas, trabajadores del Concello y voluntarios de Protección Civil, que llevaron un poco de ayuda y alegría a una veintena de hogares, con mucha discreción «pois é importante preservar a intimidade das persoas», explicó Giráldez.