Paola cumple mes y medio esperando por una consulta de pediatría y Marina lleva a su hijo a Pontevedra

Paola y Marina son dos madres que están sufriendo en primera persona la falta de pediatra en Meis. La primera tiene una niña de un año a la que el 6 de agosto le correspondía la revisión de los doce meses y la vacunación. Cuando llamó al consultorio de Mosteiro le dijeron que ese mes no podría ser porque la pediatra estaba de vacaciones y la citaron para el 3 de septiembre; el viernes anterior la llamaron por teléfono para informarle de que se cancelaba la consulta por baja laboral de la pediatra y la convocaron para el 16 de septiembre; todavía la volverían a llamar para aplazar la revisión al 27 de este mes, sin garantías de que, para entonces, haya un profesional para atenderla. Paola está preocupada porque el tiempo pasa, su bebé no está cumpliendo el calendario de vacunación y la falta de pediatra en su centro de referencia la obliga a tener que acudir con su niña por urgencias al PAC de Cambados. Tiene intención de presentar una reclamación en el servicio de atención al paciente, por supuesto, firmará en la campaña iniciada por el Concello y estará en la concentración de protesta por la situación sanitaria en Meis. «Algo hay que hacer», señala. Paola dice comprender que el personal tiene derecho a vacaciones y a bajas, pero pide a la administración que ponga los medios necesarios para cubrir unas ausencias que pueden repercutir en la salud de su pequeña.

Marina también está pensando en presentar una queja ante el Sergas por las molestias que le está ocasionando la falta de pediatra. En su caso ha llegado al punto de solicitar el traslado de médico al centro de A Parda, en Pontevedra, porque su hijo de cuatro años fue operado hace dos meses de adenoides y le urge atención médica. Como Paola, su intención era pasar por la consulta en agosto, pero la remitieron al 2 de septiembre por vacaciones del personal. Sufriría todavía dos aplazamientos, para el 9 y el 16 de este mes, pero la mujer decidió que su hijo no podía esperar más y se lo llevó a urgencias al Hospital Provincial donde, por fin, consiguió un informe para que le dieran cita para acudir al otorrino el 9 de octubre. Por si acaso, y viendo que su niño no acababa de estabilizarse, ya recurrió a los servicios de un pediatra privado.

Marina vive y trabaja en Meis y tener que desplazarse a Pontevedra cada vez que su hijo precise ir al médico es un trastorno grande. Si el centro de salud de Mosteiro recupera la figura del pediatra se planteará solicitar, de nuevo, el traslado de la cartilla, pero, entre tanto, prefiere seguir teniendo la garantía de que el niño va a ser atendido por un profesional de la medicina infantil y en unos plazos razonables. Otros siguen esperando una salida sin salir del pueblo.

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