La APLU moviliza a vecinos de Meis al ordenar demoler la casa donde vive una joven embarazada

Rosa Estévez
rosa estévez MEIS / LA VOZ

MEIS

MONICA IRAGO

El Concello conoce el expediente urbanístico, pero desconoce la situación de la familia que ocupa la vivienda

08 jul 2019 . Actualizado a las 11:52 h.

En febrero de 2018, la Policía Autonómica informó a la Axencia de Protección Urbanística (APLU) de que se habían realizado «obras en solo rústico, nunha caseta sita no lugar de Vilanoviña-Paradela, en Meis». Allí se había levantado, años atrás, un almacén para aperos de labranza, según el expediente de la APLU. En realidad, asegura María Jesús Vázquez, el edificio lo construyó su padre con la intención de convertirlo en su hogar. El hombre falleció, en extrañas circunstancias, hace ya unos años, cuando su hija no era más que una cría. Y a su pequeña casa volvió ella hace un tiempo, intentando sentar las bases de su vida en un contexto marcado por las disputas que mantiene con parte de su familia por la herencia de su progenitor. Un asunto que sigue dando vueltas y que salpica, también, al edificio que la APLU ha puesto, ahora, bajo la sombra de la piqueta.

Y es que sobre la pequeña construcción en la que vive María pesa una orden de derribo. Una amenaza que ha logrado quitarle el sueño a esta joven, de casi 21 años, que afronta el tramo final de su primer embarazo. María vive en la casita, junto con su madre, la pareja de esta y otros familiares. Están buscando asesoramiento legal para intentar frenar el proceso de demolición de la vivienda, del que María responsabiliza directamente al familiar que ostenta la titularidad de la casa. «Lo denunció él a la Xunta», se lamenta la joven, que no se cree que, tal y como dice su familiar, su padre le hubiese vendido la propiedad antes de morir. En el informe de la APLU se menciona que la mujer había entrado a vivir a esa casa «sen permiso».

En el Concello de Meis tienen constancia de la existencia de una orden de derribo contra la vivienda de Vilanoviña. La alcaldesa Marta Giráldez conoce el caso, pero solo de oídas. Porque, «esta familia non se ten dirixido aos Servizos Sociais do Concello para pedir a súa intervención neste asunto concreto».

En cualquier caso, María no está sola. «La gente me está apoyando un montón», dice, Sus vecinos no dudan en respaldarla y hasta han creado una página en Facebook para arroparla y difundir su caso. Si la amenaza de derribo llega a concretarse, están dispuestos a convocar una manifestación para parar las máquinas.