«Merquei un moucho dos que xira a cabeza e se ilumina e funciona, non se achega un corvo»
MEIS
María Carramal es una agricultora ecológica que tiene sus fincas en el entorno de Armenteira, en el municipio de Meis. También allí los pájaros son un problema, sobre todo en esta época del año en la que se planta maíz y habas. «Cando sementas os paxaros van algo á finca, pero o que de verdade lles gusta é cando nacen as primeiras follas. Tiran pola planta e levan todo, a semente tamén», explica. Ella utiliza, sobre todo, soluciones tradicionales, como espantapájaros hechos con bolsas de plástico, para que hagan ruido. Aunque ha encontrado un nuevo sistema. «Merquei un moucho dos que xira a cabeza e se ilumina e funciona, non se achega un corvo», cuenta. Reconoce que hay otros sistemas, como productos químicos que actúan como repelentes, pero ella ni se los plantea pues sus fincas son totalmente ecológicas.
Esta agricultora sostiene que las aves atacan todo tipo de semillas y cultivos, «dende o millo ás leitugas e non falemos das froiteiras», explica. Y está de acuerdo con que el problema se ha incrementado en los últimos años. «Eles búscanse a vida. Antes se cultivaban cen parcelas e tocaba a dous paxaros para cada unha, agora son moitas menos e eles van onde atopan comida», reconoce. Explica que son las aves de mayor tamaño, como los cuervos, las que causan mayores daños a las producciones agrícolas, pues «os merlos e os xílgaros non causan tantos estragos». Y ha ideado una solución al problema. En lugar de depositar cuatro granos de semilla, pone siete. «Xa conto un para o porco bravo, outro que van levar os paxaros.. Tes que botar para todos», argumenta. Así se asegura de que una parte de su producción saldrá adelante. «Como eu planto as miñas propias sementes, nin sequera ten custe económico», afirma. «Hai produtos químicos que se poñen na terra e desprenden un olor desagradable, pero eu prefiro facer espantallos con bolsas de plástico», concluye esta agricultura de Meis.