Pegada a la tierra con un sacho y un pincel

Bea Costa
bea Costa MEIS / LA VOZ

MEIS

MONICA IRAGO

Fue vegetariana, tuvo un taller de cantería y acabó encontrando su sitio en el arte y la agricultura ecológica

24 may 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

Siendo niña, su padre le regaló un sacho pequeñito a su medida, para que pudiera cavar en la huerta sin castigar su espalda. Apuntaba maneras. A Sandra ya le gustaba andar con los pies en la tierra, entre tomates, patatas y lechugas. Treinta años después, la agricultura ha pasado de ser un juego a convertirse en una cuestión de militancia, una apuesta en favor de la sostenibilidad que lleva el ecologismo como bandera.

Esta batalla la libra a diario en su entorno más íntimo, y una vez al año, a campo abierto. Sandra Carballa es una de las organizadoras de la Feria do troco de sementes e produtos ecolóxicos de Mosteiro que se celebra desde hace cinco años en Meis. «Había variedades de sementes que ían desaparecendo e, a través da Rede galega de sementes, puxemos en marcha a feria do troco para que non se perderan. Estabamos en plena crise, parecía que a xente estaba volvendo ao campo, e así empezou todo», relata en alusión a la puesta en marcha de la asociación Xaramelo, el germen de la feria.

La idea cuajó hasta el punto de que esta última edición, celebrada el 7 de mayo, se instalaron en el Campo da Feira 26 puestos, y el de trueque de semillas fue el que tuvo más éxito.

Sandra Carballa se congratula de que, gracias a esta iniciativa, se está evitando la extinción de algunos cultivos cuyas semillas, por baja rentabilidad, ya no es posible encontrar en las tiendas agrarias, caso del repollo de Corón, las judías amarillas o las habas de mata alta, según explica. El próximo objetivo de Xaramelo es crear un huerto comunitario allí mismo, en Meis, que sirva como campo de pruebas para cultivar sin pesticidas y como escuela para que las nuevas generaciones conozcan que hay otras formas de consumir hortalizas y verduras. La finca la tienen, gracias a la cesión de un particular, pero el proyecto está aparcado por falta de brazos para trabajar en el huerto.

Los que nunca fallan son los de Sandra, quien allá a donde va, se las arregla para hacerse con un pequeño trozo de terreno. En estos momentos, su particular despensa la tiene al lado de la casa familiar de Zacande, «pero espero chegar a ter a miña propia horta». Eso sí, su parcela poco tiene que ver con las de sus vecinos. Allí crecen especies que difícilmente se pueden encontrar a la redonda: apio de monte, ruibardo, escorzonera hispánica, maíz blanco, garbanzos de manteca, arándanos… A Sandra le gusta experimentar y probar con nuevos cultivos, y siempre siguiendo una máxima sagrada: nada de productos químicos.

Dejó de ser vegetariana, pero esta vecina de Meis mantiene una filosofía vital muy ligada a la alimentación sana y el ecologismo. En ello tuvo mucho que ver Chancelas, un profesor de la Escola de canteiros de Poio quien, además de enseñarle a esculpir la piedra, fue su guía espiritual en lo referido al mundo de las plantas medicinales. De Sandra sabíamos que pinta y que da clases de pintura, lo que es todo un hallazgo es descubrir que también se maneja con al cincel.

«Fun unha estudante un pouco atípica. Ao rematar a EXB, como non tiña moi boas notas, só me quedaba facer administrativo ou perruquería, e como a min sempre me gustou debuxar e meu pai estaba na escola de canteiros, empecei en Poio con quince anos», relata. Llegó a tener su propio taller durante tres años en Meis «pero non era o meu», confiesa, de modo que decidió emprender otro camino.

Por los pelos, pero superó la prueba de acceso a la universidad, y a los 25 años entró en la Facultad de Belas Artes de Pontevedra. Cinco años de carrera, con Erasmus en Irlanda incluido, la convirtieron en la artista que es hoy.

Pintar es lo que más le gusta y no renuncia del todo al sueño de poder llegar a vivir algún de día de la venta de sus cuadros. Pero Sandra es realista y sabe que eso es muy complicado. «Nunca se sabe, pero de momento confórmome con poder vivir dignamente de dar clases e, o tempo libre que me queda, poder facer as miñas cousas».

Lo suyo es la pintura figurativa de temática surrealista, en óleo y acrílico, pero también ha hecho alguna performance, tomando su propio cuerpo como base de operaciones. Entre clase y clase -enseña pintura a grupos de niños y adultos en O Grove, Padrón y Meis-, monta de vez en cuando alguna exposición y se empapa del arte de sus admirados Frida Kahlo, Pamen Pereira y Paco Leiro, entre otros.

Estudió Belas Artes y da clases de pintura a niños y a adultos en Meis,

O Grove y Padrón

La asociación nació para evitar que se perdieran cultivos tradicionales

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