El hijastro de Oubiña firma su condena por blanqueo

L. Penide Pontevedra / La Voz

MEIS

David Pérez -derecha- a la entrada de la Audiencia.
David Pérez -derecha- a la entrada de la Audiencia. capotillo< / span>

Aceptó tres años de prisión tras reconocerse autor de un delito de blanqueo

11 feb 2015 . Actualizado a las 14:09 h.

La Fiscalía Antidroga de Pontevedra asestó ayer en la Audiencia Provincial un golpe cargado de simbolismo. David Pérez Lago, el hijastro de Laureano Oubiña, aceptó tres años de prisión tras reconocerse autor de un delito de blanqueo al confesar que, con anterioridad al 2006, se había enriquecido con el narcotráfico.

De hecho, merced al acuerdo suscrito con el ministerio público, confesó que en el lustro comprendido entre el 2001 y el 2006 «diseñó todo un entramado empresarial ficticio» en el que participaron activamente su por entonces novia, Ana Isabel Briz Martín; la madre de esta, Virginia Martín Sánchez; su primo Juan Manuel Peón Daponte; y la expareja de este María del Carmen Otero Romay, quienes también aceptaron condenas que se mueven entre los cuatro meses y quince días de cárcel y los dos años.

Si en el caso de Pérez Lago y su expareja la multa asciende a un millón de euros, las que recaen sobre el resto de testaferros basculan entre los 150.000 y los 416.000 euros. Se da la circunstancia de que de que las penas de cárcel pactadas se sustituirán también por fuertes multas.

Complementarias a estas condenas, se ha acordado el decomiso de buena parte del patrimonio del narcotraficante. Entre los bienes, o su equivalente en dinero, que pasarán a la titularidad del Estado se encuentra el chalé que, antes de ser demolido, se levantaba en Aguete (Marín), pero también una vivienda de lujo en una exclusiva zona de la localidad madrileña de Las Rozas, tres fincas en el término municipal de Meis y una nave industrial que, según refiere el escrito del fiscal, se levantó sobre las anteriores fincas y que se estima que tiene un valor de 280.000 euros.

Con su confesión de ayer, David Pérez Lago se rindió a la evidencia de que todos estos bienes habían sido adquiridos con dinero procedente de la droga. Así como que sus compañeros de banquillo se habían prestado a figurar como titulares de los mismos para ocultar su origen ilícito.

Es significativo el caso de Ana Isabel Briz. Entre el 2001 y el 2005, estuvo «recibiendo, disfrutando y gastando importantes cantidades de dinero procedentes de la actividad de narcotráfico de su pareja sentimental, manteniendo un nivel de vida desproporcionado con el que correspondería a sus ingresos lícitos». De hecho, en el momento de la operación policial, se le incautaron casi diecisiete mil euros en efectivo, dinero que ahora pasará a engrosar las arcas estatales.

En el caso de la vivienda de Las Rozas, Pérez Lago trató de ocultar su propiedad mediante «un entramado interpuesto de sociedades», para lo cual se valió de su primo y la exnovia de este.