¡Este patio del recreo sí que mola!

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

MEAÑO

Martina Miser

Los colegios remodelan sus exteriores e incorporan tirolinas, rocódromos y hasta barcos

28 oct 2018 . Actualizado a las 17:28 h.

Es la hora del recreo y en el colegio de Mosteiro, en Meis, ya no hay peleas por las pistas para jugar al fútbol. Ahora, las disputas se dirimen sobre un tablero de ajedrez. En As Covas, en Meaño, los niños se calzan las botas y se van a excavar al patio o se suben al barco para disfrutar de un buen libro. En el San Tomé de Cambados, en cambio, optan por los juegos de mesa. Y en el colegio de Dena ha triunfado el nuevo recinto de psicomotricidad. Así son los nuevos recreos de los colegios arousanos, con espacio para todo el mundo y con una variedad de opciones que ya quisieran algunos municipios.

«Era desolador ver a los niños por el patio, aburridos y sin hacer nada», explica Luis Camilo Fernández, director del centro de Mosteiro. La segunda circunstancia que les impulsó a reformar el patio fue «el estado físico de los chavales, que presentaban valores muy bajos». Así que los profesores se pusieron manos a la obra y este curso han conseguido estrenar un recinto que ha dejado a sus estudiantes con la boca abierta. Hay dos tirolinas, un montón de columpios, una barra de equilibrio, un puente tibetano y otro de mono... Y un sinfín de zonas más. «Todos estos elementos están pensados para que los niños hagan fuerza y actividad física», explica el director. Queda pendiente una segunda fase, que incluye un tobogán.

Pero en este centro no han pensado solo en los amantes de la educación física. El curso pasado empezaron a trabajar con una asociación de ajedrez de Pontevedra y el deporte ha causado furor en el colegio. «Todos los recreos hay veinte parejas o más jugando», añade Fernández. Ahora, están pensando en construir un banco de los amigos, «cuando alguien se siente ahí quiere decir que necesita cariño de la gente».

En proceso de reformas están también en el colegio de As Covas, en Meaño. Aquí instalaron el pasado curso un barco remodelado, que se ha convertido en un rincón de lectura para los alumnos. También han acabado con el dominio del fútbol dedicando la pista deportiva cada día a una disciplina diferente. «Os luns xógase ao fútbol, os martes a balonmán e os mércores a baloncesto», explica el director, Paulo Nogueira. Cuentan, además, con una colección de juegos populares que todos los días sacan al patio para que los niños utilicen. Y tienen una zona verde a la que quieren sacarle más partido. Por ahora está bautizada como el Paleolítico, porque allí pueden excavar y encontrar tesoros todos los que quieran, solo tienen que traer botas de agua. Ahora quieren seguir haciendo cambios y poner un rocódromo.

Un curso trabajando

El colegio de Coirón, en Dena, dedicó todo el curso pasado a diseñar el patio que quería. Sus alumnos hicieron un proyecto y trabajaron codo con codo con un equipo de arquitectas. Hasta se encargaron de buscar los fondos necesarios para poder empezar con las obras. El resultado fue una nueva zona de psicomotricidad, que se ha convertido en el lugar favorito de los estudiantes de este centro. «Tiene muchas posibilidades de escalada, de tirarse, laberintos...», cuenta la directora, Cuca Dasilva, quien asegura que los niños se quedaron «con la boca abierta» cuando vieron este nuevo espacio. Ahora siguen trabajando para mejorar otras zonas. «Nos cedieron hierba artificial y en verano haremos más obras», añade.

En el San Tomé de Cambados, en cambio, consideran que su patio ofrece muchas alternativas a los alumnos, pues tiene varias zonas verdes. Pero sí que han puesto en marcha un plan para diversificar el recreo. Los que quieran jugar al fútbol o al baloncesto se van al pabellón, pues las pistas se dedican ahora al brilé. En el patio cubierto, o en el gimnasio, los protagonistas son los juegos de mesa. Las damas, el parchís y otros similares triunfan entre los estudiantes de este centro.