Llevan meses sin cobrar y también sin ir a trabajar, pero no pueden buscar empleo porque siguen ligados a la empresa
15 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Ovidio Gómez lleva 37 años trabajando para la empresa de hormigones Celso Canario e Hijos, ubicada en Meaño. Casi el mismo tiempo que sus compañeros Leonardo Martínez, Manuel Canario y José Souto Muiños. La firma empezó a tener problemas en el año 2009, cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Y, aunque en 2014 consiguió volver a salir a flote, pronto tuvo que entrar en concurso de acreedores. Tras incumplir reiteradamente, sobre todo con sus trabajadores, el plazo para abonar sus deudas entró en liquidación a principios del mes de junio. Desde entonces llevan los cinco empleados de esta firma intentando que la administración concursal los despida, pues hasta ahora solo se les ha eximido de ir a su puesto de trabajo. La firma les adeuda más de 120 días, que será lo máximo que les abonará el Fogasa. Además de llevar meses sin trabajar, no pueden buscarse el pan en otro lado. «Agora ven a vendima e poderíamos ir traballar», se queja uno de ellos. «Temos facturas que pagar e xa teño un apercibimento pola casa», añade otro.
De su situación culpan a la administradora concursal, Elisa Salinas Márquez, que no les recibe ni escucha sus peticiones. Aseguran que está demorando su despido sin motivo y, por ello, han decidido instar directamente al juzgado a que los despida.