El largo camino de un petroglifo desde un muro de Dimo al museo de As Torres

Rosa Estévez
Rosa Estévez CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

Martina Miser

La piedra llevaba tiempo varada en el almacén municipal, según los vecinos

16 abr 2023 . Actualizado a las 21:48 h.

A través de un escueto comunicado, colgado en las redes sociales del Concello de Catoira, este informaba de la incorporación a los fondos del Centro de Activación Cultural Torres de Oeste (CACTO) de una nueva pieza original: un petroglifo encontrado en un muro de piedra de la parroquia de Dimo. «Esta peza foi atopada por un empregado municipal e dende entón está en depósito nas mans do Concello», explica el alcalde socialista, Alberto García, quien señala que algunos arqueólogos inspeccionaron la pieza que se acaba de incorporar a los fondos del CACTO. «A nosa intención é que a colección vaia incorporando pezas orixinais; así terminaremos tendo un museo», señala el regidor.

De que el petroglifo haya llegado al CACTO y haya encontrado aquí un hueco se alegra particularmente Cristina Conde Escaloni, una vecina apasionada por la historia local y el patrimonio de Catoira. El año pasado, esta joven organizó una ruta con el ANPA de la localidad, siguiendo los pasos de Ramón Sobrino Lorenzo, el primer estudioso que prestó atención a los petroglifos de Catoira a mediados del siglo XX. La visita entusiasmó a quienes participaron en ella, que acabaron contagiados por el entusiasmo de hacer nuevos hallazgos. Fue así como descubrió Conde Escaloni que en un almacén municipal se encontraba depositado, desde hacía años, un petroglifo que, según le comentaron, había sido encontrado de forma accidental, al chocar un coche «contra un cruceiro ou un muro e desprenderse unha pedra».

Martina Miser

Según el relato que Conde Escaloni recoge en su blog Descubrindo Catoira, la pieza fue trasladada a una nave municipal y colocada «ao lado esquerdo da porta». Allí fue estudiada, «sábese porque tiña marcas de xiz, que era algo moi habitual naqueles tempos». Asegura Conde Escaloni, que en dos décadas la piedra grabada «sufriu o esquecemento e pasou un calvario por parte do Concello». «Caeulle gasóleo enriba, posto que había unha cuba dese líquido ao lado» y las manchas, señala aún están bien visibles. Además, «un electrodoméstico en desuso desprendeu óxido que tamén foi parar enriba do petróglifo», que por lo demás, tenía «lixo ao seu redor» y «po, moito po».

Los redescubridores de esta piedra decidieron tomarse en serio su rescate y llegaron a hacer un mapa en 3D que permitió ver con claridad los círculos concéntricos y los pequeños huecos que lo forman. Este año, con motivo de la segunda ruta organizada por el ANPA de Catoira y Cristina Conde, esta se dirigió a la nave municipal para ver en qué estado se encontraba la piedra. Para su sorpresa, había desaparecido y nadie parecía saber su destino. Tuvo que preguntar y repreguntar hasta tres veces en el Concello para descubrir que el alcalde había puesto el petroglifo en manos de un arqueólogo. Para ella, relata, fueron buenas noticias. El anuncio de que al CACTO iba a llegar una nueva pieza, original, le llevó a pensar que ese iba a ser el nuevo emplazamiento para el petroglifo del muro de Dimo. Y apenas unos días después, pudo confirmar su intuición. Para su satisfacción, el sábado, durante la segunda ruta guiada por el Patrimonio de Catoira, todos los participantes pudieron acercarse al centro de interpretación de Torres de Oeste y conocer la historia de esta piedra milenaria que, a lo largo de los siglos, ha pasado todo tipo de aprietos, ha vivido todo tipo de vicisitudes. A ver si ahora puede brillar, sin más.