Bandua, la divinidad galaica que alumbra los orígenes de Catoira

Rosa Estévez
rosa estévez CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

Martina Miser

El Concello realizará sondeos en una parcela en la que aparecieron varios restos para saber las dimensiones de lo que podría ser una necrópolis de gran valor

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La próxima semana, en la finca de A Capela (San Salvador de Catoira) comenzará a trabajar un equipo de arqueólogos. Su misión es realizar una serie de sondeos que permitan disponer de más información sobre lo que se esconde bajo la tierra en un lugar en el que, a lo largo de la historia, han ido apareciendo diversas piezas históricas. Diego Piai, el arqueólogo que está al frente del proyecto, explica que esos hallazgos casuales parecen apuntar la existencia en ese punto de una necrópolis o zona sagrada. «Lo que queremos ahora es definir qué hay ahí, qué tipo de yacimiento es y qué cronología tiene», explica.

La iniciativa parte del Concello de Catoira, que ha conseguido el respaldo de la Diputación para abordar las catas. El presupuesto de los trabajos es de 8.800 euros, según explica Alberto García, el regidor socialista. Se trata de una primera excavación de cuyos resultados dependerá que en el futuro se aborden o no proyectos de mayor envergadura.

«De entrada, es una zona de gran potencialidad», apunta Piai. A lo largo de la historia, se han ido descubriendo, «de forma fortuita», restos que resultan sumamente interesantes para conocer el pasado de Catoira. Las piezas que han visto la luz apuntan, hasta ahora, a la época romana. Una de ellas es un curioso ara, probablemente del siglo primero, dedicada a Bandua. «Bandua era una divinidad indígena, no pertenecía al panteón romano, pero en un contexto romano». Además del ara, que como tantos otros restos arqueológicos acabó siendo reutilizado en la construcción de una vivienda, fueron encontradas en la finca varias tapas de sarcófagos que apuntalan la tesis de que esta era una zona utilizada con fines funerarios.

Estas excavaciones forman parte de una nueva línea de trabajo que se ha marcado el Concello de Catoira y que pasa, básicamente, por intentar poner en valor el pasado de la localidad previo a la época medieval. En una localidad con uno de los primeros BIC de España, las Torres de Oeste, la mayor parte de las intervenciones patrimoniales realizadas con el paso del tiempo han estado centradas en esta estructura medieval. Las incursiones vikingas y la figura de Gelmírez han ocultado otras etapas históricas. Y de lo que se trata ahora es de reivindicarlas, razón por las que el Concello se ha embarcado en una campaña para la recuperación de pequeñas piezas del patrimonio que se exponen en el CACTO: monedas, luminarias de época romana recuperadas del río Ulla, recipientes púnicos...

Además de ampliar los fondos del museo situado a un tiro de piedra de las Torres de Oeste, el Concello de Catoira también está trabajando en la edición de un libro sobre la historia de la localidad. En él participa el arqueólogo Diego Piai, que se encarga de bucear en el pasado de la localidad antes de las Torres de Oeste. Catoira, señala, es una suerte de cápsula y pese a ser una localidad pequeña, en ella hay restos que permiten reconstruir la historia de Galicia. Y es que hay evidencias de un yacimiento de la Edad de Hierro bajo las torres defensivas; las espadas encontradas en el Ulla nos permiten viajar a la Edad de Bronce; hay mámoas y petroglifos.... Por no hablar de los restos, abundantes, que parecen ubicar la existencia de un asentamiento de época romana de nuevo a orillas del Ulla. Aras y otro tipo de elementos insisten en ello. En la finca de A Capela, el exvoto en honor de Bantua vuelve a reclamar la atención.