Espadas en alto y al grito de Úrsula, así brindó Catoira su último homenaje a Manolón

Rosa Estévez
Rosa Estévez CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

Martina Miser

Manuel Carballeda Taibo fue enterrado esta tarde

25 abr 2022 . Actualizado a las 23:13 h.

Algunos estaban fuera, otros recluidos en casa tras haber dado positivo en covid. Aún así, fueron alrededor de una veintena los vecinos de Catoira que, ataviados con ropas de vikingos, se sumaron este lunes por la tarde a los actos fúnebres en memoria de Manuel Carballeda Taibo, Manolón, el hombre que durante años encarnó el espíritu de la Romaría Vikinga. Manolón, que falleció de manera inesperada cuando se suponía recuperado de una enfermedad que obligó a hospitalizarlo, había dejado clara su última voluntad: ser enterrado con sus ropas de invasor nórdico. No solo se cumplió su deseo, sino que los integrantes de la compañía de teatro local y participantes en el desembarco le dieron el último adiós vestidos para la ocasión, haciendo un pasillo ante la puerta de la iglesia con las espadas en alto. El féretro cruzó bajo ese arco honorífico mientras el grito de guerra de Catoira, el famoso Úrsula, salía de las gargantas de los viejos camaradas de Manolón.

Después, ya en el cementerio, cuando el nicho se cerró, el silencio se vio roto por el grito con el que el rey de los vikingos enardecía al público de la Romaría. «Somos viquingos. Somos de Catoira». Las voces, rotas por el dolor, dieron paso a una salva de aplausos que volverá a sonar, con fuerza, el primer domingo de agosto. Y es que este año, el desembarco y la romería entera, serán un homenaje para el hombre de Valga que eligió vivir como un vikingo de Catoira.