Los servicios de extinción atajan un incendio forestal en Abalo

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

Mónica Irago

La pronta actuación de las cuadrillas del distrito y tres helicópteros cisterna permitieron controlar el fuego en cuestión de un par de horas

20 jul 2020 . Actualizado a las 21:55 h.

El miedo al fuego se avivó por primera vez en lo que va de verano en la banda sur de la ría arousana. Poco después de las cinco de la tarde un incendio forestal se empezó a extender en la parroquia catoirense de Abalo, en la franja situada en el tramo que separa los restaurantes O Rancho y A Pedra y encajado entre la carretera PO-548, que comunica Vilagarcía y la localidad vikinga, y la vía férrea que conecta el eje atlántico. La rápida intervención de los servicios contra incendios dejó todo en un susto y una extensión de arbolado abrasado por determinar, si bien no llegó a consumir un kilómetro de largo de la franja apuntada.

Al lugar no tardaron en llegar varias cuadrillas del distrito forestal —trabajaron en el lugar no menos de cinco—, secundadas por la labor de tres helicópteros cisterna y por el Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón. A ellos se sumaron además operarios del parque vilagarciano de Bombeiros do Salnés, reclamados por el 112 ante la existencia en las proximidades de varias viviendas, además de los dos locales de restauración reseñados.

Agentes de la Guardia Civil se encargaron por su parte de desviar el tráfico en sentido Vilagarcía-Catoira por la carretera vieja, mientras los vehículos que circulaban de Catoira a Vilagarcía fueron enfilados en el tramo afectado por el incendio por el carril contrario, lo que da idea de que el fuego se mantuvo siempre controlado por el operativo de extinción. Tan solo en un momento dado el fuego logró sortear la carretera, pero la rápida actuación de los Bombeiros do Salnés dejó en unos 10 metros cuadrados el destrozo en ese lado.

Dos horas para controlarlo

Unas dos horas tardaron los integrantes del operativo en sofocar el fuego. A las ocho de la tarde los medios aéreos pudieron abandonar el lugar, mientras los medios terrestres continuaron trabajando intensamente en labores de refrigeración de la zona, a fin de evitar cualquier peligro de reinicio del fuego. Y es que las altas temperaturas registradas en las últimas jornadas, unidas a las nulas precipitaciones desde hace semanas han convertido el monte arousano, como el del resto de Galicia, en terreno propicio para que cualquier fuego forestal pueda causar estragos.