El PP de Catoira presiona para que el pleno de la moción de censura se convoque cuanto antes

Serxio González Souto
serxio gonzález CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

MARTINA MISER

La confirmación de un cuarto contagio en el municipio complica la decisión, en manos de los servicios jurídicos

16 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La desescalada por entregas va desperezando los diferentes ámbitos de actividad de la sociedad arousana, y la fontanería municipal no constituye ninguna excepción. Presentada el 3 de marzo y suspendida un día antes de su materialización, a raíz de la declaración del estado de alarma, en Catoira duerme desde entonces una moción de censura de elevado octanaje político. Sobre todo, porque revive a las puertas de unas elecciones autonómicas. El PSOE de Alberto García, que gobernó el municipio vikingo durante treinta años, y el Partido Popular encabezado por el joven Iván Caamaño se alían para desbancar al alcalde nacionalista Xoán Castaño, que ejerce sus competencias al frente de un exiguo grupo de tres concejales. Ahora, con la fase 1 aligerando el corsé del confinamiento, la formación conservadora aprieta el acelerador para que el pleno en el que debe ejecutarse este particular vuelco a dos manos sea convocado cuanto antes.

Consultada en su momento, concretamente el 16 de marzo, la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra explicó que, más allá de las directrices necesarias para garantizar la seguridad sanitaria, la convocatoria o desconvocatoria de un pleno era cuestión de estricta competencia municipal. No obstante, el departamento de Maica Larriba subrayaba que la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) había marcado instrucciones para suspender cualquier órgano municipal a excepción de las comisiones creadas para hacer frente a la amenaza del coronavirus. El informe de los servicios jurídicos de Catoira concluyó que procedía aplazar aquella sesión, como incluso habían planteado PSOE y PP. Ahora, Caamaño y su gente consideran que la situación ha cambiado y piden que el debate sobre la moción de censura tenga lugar de inmediato, bien de forma presencial, bien telemática.

Los once concejales de Catoira -diez, en realidad, puesto que una edila popular presentó su dimisión y aún no ha sido sustituida- tendrán oportunidad el lunes de comprobar cómo es eso de votar y enfrentar razones a través de Internet. Es entonces cuando tendrá lugar el primer pleno desde la declaración de la emergencia sanitaria. Una sesión telemática que hace posible un sistema implantado por la Diputación de Pontevedra, en cuya prueba participaron, únicamente, cinco miembros de la corporación municipal. El pleno en cuestión fue solicitado primero por el PP y a continuación por el PSOE para valorar la forma en la que el Concello catoirense ha abordado la gestión de la pandemia.

Ayer, Castaño quiso dejar claro que no tomará ninguna decisión en contra del criterio de los servicios municipales, a los que el PP ha dirigido su petición. Por su entidad, parece que una moción como esta merecería un debate presencial. Y, aunque en Catoira se han producido escasos contagios, y a excepción del último todos ellos han recibido el alta, esta semana se confirmaba una cuarta infección. Algo que contribuye a complicar el asunto. «Dende logo, non faremos nada que poña en perigo a saúde dos veciños, que é o que máis nos importa; non sei se outros poderán dicir o mesmo», puntualiza el alcalde del BNG en obvia referencia a sus dos contrincantes.

Tal vez las prisas tengan que ver con ciertos contactos que nadie quiere confirmar oficialmente entre los nacionalistas y miembros del PSOE de Catoira poco predispuestos a seguir a su líder en una alianza con el PP que no comparten. Las propias cúpulas de la gaviota y el puño y la rosa en Galicia se apresuraron a desmarcarse de esta operación, bautizada como drakkar, que a todos, excepto a sus dos directos protagonistas, parece incomodar en vísperas de la llamada a las urnas.

Tal vez las prisas tengan que ver con contactos entre la izquierda que nadie acaba de confirmar