«Para la próxima semana solo hay consulta de pediatría el jueves, desconocemos el porqué»

M. S. CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

MARTINA MISER

Vecinos de Catoira presentaron una reclamación en el centro de salud por la reducción de horas en este servicio

26 abr 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

La indignación de los vecinos de Catoira con el servicio de Pediatría del centro de salud se materializó ayer: un grupo de padres y madres del concello vikingo se dirigió al ambulatorio para poner una reclamación por «la falta del servicio de pediatría». Cada padre, una hoja con la reivindicación: recuperar la normalidad en un servicio que aseguran que no funciona como debería. «Desconocemos los motivos, pero se nos están recortando horas en la atención de la pediatra», afirman.

 «Para la próxima semana solo hay consulta el jueves», cita Sonia Rial como ejemplo. Y es que al llamar para poner cita comprobó que no tenía muchas opciones para elegir. Comparte con sus compañeras de protesta la indignación. «Pregunté los motivos y no obtuve respuesta», explica la catoirense. Obtener una respuesta del Servizo Galego de Saúde (Sergas) sobre esta cuestión también resultó imposible para este periódico.

El grupo de padres que se dirigió ayer al ambulatorio para mostrar su malestar señala que lo normal es que su pediatra comience la jornada en Vilagarcía para trasladarse a continuación a Catoira, donde atiende desde las doce del mediodía hasta las tres de la tarde, a excepción del miércoles, día en el que el servicio no funciona. «Ya no venimos sin llamar con anterioridad. Una cosa era que no cubriesen las vacaciones y las bajas y otra cosa es esto», señalan varias madres.

En caso de ausencia de la pediatra, tienen que acudir al centro de salud de San Roque, en la capital arousana. Ana Yolanda Torrado describe como se complica la situación en ese caso: «Pasan de ser diez minutos a una hora. Nos obliga, sin esperarlo, a salir de nuestros puestos de trabajo o pedir a los abuelos de los niños que los lleven». Tiene dos pequeños, uno de diez años y otro de cinco meses. Y el mismo deseo que las demás madres: volver a la normalidad.