La Romaría Vikinga atrae cada vez más al público extranjero

a. V. / B. c. CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

MARTINA MISER

El alcalde de Catoira habla de una edición exitosa y destaca la afluencia de gente

08 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El tradicional desembarco vikingo en As Torres significó la conclusión de los famosos festejos catoirenses. En esta representación, numerosos figurantes simulan el ataque de los guerreros del norte de Europa sobre el territorio gallego. Locales y turistas disfrutaron de su quincuagésimo séptima edición, que, sin lugar a dudas, superó las altas expectativas que el Concello depositó en ella.

El alcalde, Alberto García, destacó la gran proyección que atesora la fiesta: «No puedo estar más satisfecho. Poco a poco aumenta considerablemente la participación, cada año va a más». También quiso señalar el abanico de oportunidades que ofreció el acontecimiento: «Se llevaron a cabo actividades de un valor cultural muy importante: gastronómicas, teatrales, literarias, musicales...», explicó.

Otro aspecto de relevancia que apuntó el político socialista fue la masiva llegada de turistas a la zona arousana y alrededores: «Creo que no solamente influye en Catoira, sino en todas las comarcas y en el resto de Galicia. Hoteles, restaurantes y demás negocios lo notan y lo agradecen». Incluso comenta que han venido viajeros de países tan remotos como China: «Se enteraron de la romería porque salió en un periódico de China, estudian español y se animaron a asistir. Cosas como estas significan que estamos haciendo las cosas bien». Finalmente, el alcalde reiteró el gran futuro que augura a la festividad catoirense: «La romería ya está declarada evento de interés turístico internacional y continúa creciendo. A veces, desde fuera, se conoce Galicia gracias a esta tradición de Catoira», afirmó.

Los protagonistas de la dramatización del desembarco coinciden en el éxito de la organización. «La fiesta fue fantástica. Salió todo como estaba previsto y no hubo ningún problema», comentó Miguel Lorenzo, presidente del Ateneo Vikingo. Asimismo, también resalta el gran número de turistas que se acercaron a la localidad: «Sin duda, hay muchísima gente de fuera. Se trata de un evento que está muy consolidado, año tras año suma más adeptos». Lorenzo concluye que ha sido una fiesta en la que todos los públicos reviven con entusiasmo la invasión nórdica: «Es un acontecimiento que siempre atrae tanto a mayores como a niños, todos se lo pasan en grande», indicó.

Unos fuegos artificiales más cortos que dejaron división de opiniones

Las fiestas se cerraron, como manda la tradición, con fuegos artificiales el domingo a medianoche, y en esta ocasión dejaron una sensación agridulce. La sesión fue más corta que otros años, duró quince minutos, lo cual decepcionó a una parte del público que acudió en masa al paseo marítimo para presenciar el espectáculo pirotécnico en primera línea. Este recorte no tuvo nada que ver con cuestiones financieras. El presupuesto para los fuegos fue el mismo que otros años, según explicó el concejal de Economía e Facenda, Xurxo Charlín, aunque sí hubo un cambio de empresa «porque presentou unha oferta mellor». En todo caso, hay opiniones para todos los gustos. «Fueron más cortos pero más intensos porque se echaron más fuegos a la vez, a mí personalmente me gusta más así», indicó ayer la alcaldesa, Fátima Abal, al ser preguntada al respecto.

El gobierno local tiene previsto realizar una valoración del Albariño en los próximos días pero, a priori, la regidora expresó su satisfacción por como transcurrieron las fiestas. «Tal y como preveíamos vino mucha gente y no hubo incidentes graves».