Hasta el difunto Ramón vino al carnaval en las Rías Baixas

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

CAMBADOS

De Cuntis a Cambados pasando por Caldas, Marín, Poio, A Estrada o Rodeiro hubo máscaras en un domingo en el que resucitaron muertos y se celebraron hasta elecciones americanas

03 mar 2025 . Actualizado a las 17:10 h.

Con el carnaval, como con algunas cosas en la vida, no hay medias tintas; hay quien se pone un mandil y arma la marimorena y quien puede ir lleno de plumas y adornado al por mayor y no lograr esbozar una sonrisa. Este domingo había tantos, de los unos y de los otros, que se podía elegir. Y por supuesto había que quedarse con los primeros, con los que arman fiesta por doquier. Hubo desfiles de máscaras de toda clase y condición, desde Cuntis a Cambados pasando por Poio, A Estrada, Marín o Cambados. Mención especial para sitios como Rodeiro, en lo hondo de la provincia, donde hubo que aguantar el tipo porque el frío era de aúpa. Claro que en Rodeiro tienen cocido de sobra para meterle al cuerpo y luego salir tan anchos a correr el entroido.

La fiesta fue madrugadora en Cuntis, donde no les debe molestar la resaca del sábado en absoluto porque a las once de la mañana del domingo ya estaban desfilando, que es gerundio. Iban tan metidos en el carnaval que hasta resucitaron a algún muerto, como al pobre Ramón Sampedro, que iba en su camita blanca... con lo que él luchó por morir dignamente, como para lo resuciten así a la primera de cambio.

Tras la sesión matutina de Cuntis, en Vilagarcía, en el barrio de Os Duráns, los vecinos apuraron un buen cocido, en una iniciativa del barrio que seguramente ha llegado para quedarse. ¿Quién le dice que no a un buen lacón con parranda incluida?

Y, ya por la tarde, la traca grande en todas las comarcas; de la de O Salnés a Deza-Tabeirós pasando por Pontevedra. En Caldas, por ejemplo, hubo desfile bien lucido, en el que se repartió la cantidad récord de seis mil euros en premios y se vio que los saltamontes de feria son carne de disfraz puro y duro. Había hasta rebaños ovejas con sus pertinentes pastores y también caracoles arrastrándose por el suelo.

De Caldas sí o sí había que dar el salto hasta Cambados. Si alguien alguna vez se preguntó si todo el sur de la ría de Arousa cogería en la villa del albariño, la respuesta la tenía este domingo: sí que caben, aunque sean apretados y con cientos de coches para arriba y para abajo. Cambados fue el epicentro de máscaras, comparsas y disfraces variopintos en una tarde en la que el sol, a ratos, aún se animó a salir.

Poio, Marín u Ouzande (en A Estrada) también vivieron sus desfiles. Los estradenses, por tener, hasta tuvieron unas elecciones americanas. No ganó Donald Trump, parece ser.